A menudo encontramos este término, tanto en televisión o revistas mencionando que una persona es “Carismática”. Igual, en la Iglesia se habla a menudo, tanto en los documentos de la Iglesia como en las congregaciones religiosas.
La palabra carisma viene del griego charis y significa “gracia”, “favor”, “regalo”, “don gratuito”. Cuando el término se refiere a espiritualidad nos referimos a un don o gracia que otorga Dios a una persona o comunidad para provecho de todo el Pueblo de Dios y de la humanidad.
San Pablo en sus cartas enfatiza la importancia que tienen estos dones, afirmando que su diversidad enriquece a toda la comunidad eclesial. En este sentido cada uno recibe una gracia particular con la cual participa en la construcción de una Iglesia más espiritual y un mundo mejor.
El H. Seán Sammon (2006), cuando era Superior General, explicaba el carisma institucional de la siguiente manera:
El carisma que entró en la Iglesia y en el mundo a través de Marcelino Champagnat representa mucho más que una asignación de tareas concretas que respondan a su sueño original; más que un particular estilo de oración o una determinada espiritualidad, por importante que todo ello pueda ser; y más que una mezcla de las cualidades que marcaron la vida de nuestro fundador. El carisma de nuestro Instituto es nada menos que la presencia viva del Espíritu Santo. Dejar que el Espíritu actúe dentro de nosotros y por nuestro medio puede dar lugar a resultados sorprendentes... El Espíritu que se manifestó de manera tan activa en nuestro fundador suspira hoy por vivir y alentar dentro de nosotros.Todo carisma tiene cuatro elementos del Carisma: Modo de Ser (Espíritu), Espiritualidad, Misión y Estado de Vida.
El Espíritu nos nace diferentes a otras familias carismáticas, por ejemplo, los Lasallistas, que son cercanos a nosotros en la misión y estado de vida, pero con un espíritu diferente. El espíritu de una familia carismática es fácil reconocerlo en el fundador y los principales hermanos. Marcelino era un hombre de acción y un hombre de corazón. Tenía un alma de niño, transparente de sencillez y unificada por el impulso de la buena voluntad. Es esta alma marcada por la sencillez, que se vive en comunidad.
La espiritualidad marista es el estilo de nuestra relación con Dios. Normalmente, en concreto sería responder a las preguntas: ¿Qué es lo que caracteriza la actitud marista delante de Dios? ¿Existe un modo de orar marista? En marista tiene que ver con la actitud filial, con vivir en la presencia de Dios, con la confianza en Dios, con el seguimiento de Jesús como María.
La Misión es educar cristianamente a los niños y jóvenes, especialmente a los más desatendidos. “Contribuir a que las nuevas generaciones descubran el rostro de Dios y tengan vida en abundancia. Siguiendo las huellas de Champagnat, también nosotros debemos responder al grito de los Montagne de hoy. No podemos ver a un niño sin amarle y decirle cuánto le ama Dios.” (EMM 42) otra forma de enunciarlo sería: “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”
El estado de vida es el estilo general de vivir, se refiere a vivir en matrimonio, el sacerdocio, la consagración religiosa o la soltería.
Me da mucho gusto leer tu blog pues te comunicas de una manera sencilla y directa que para cualquiera al leerlo lo pueda entender. Felicidades :)
ResponderEliminar