sábado, 8 de abril de 2017

Felices Pascuas!!!



VJMJ

Un saludos.

Con motivo de las actividades de Semana Santa y Pascua, voy a disminuir la frecuencia de publicación.

Regresamos en mayo con mucho ánimo.

Aprovecho para desearles felices pascuas de resurrección. Que el Señor bendiga su trabajo en caso que participen en misiones o pascuas juveniles. Que el Señor le permita unirse a toda la Iglesia en caso que participen en las celebraciones litúrgicas. Que el Señor bendiga su camino en caso que salgan de su casa de vacaciones.

Nos vemos pronto.

Guillermo.

miércoles, 5 de abril de 2017

Conociendo al Hno. Guadalupe Salcido.



El carisma marista no es algo para ser descrito, es algo para ser vivido, en esta sección del blog platicamos con  algunos hermanos para asomarnos a su vida y a su espiritualidad. 


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Hoy presentamos al Hno. Guadalupe Salcido. Me tocó convivir con el Hno. Guadalupe durante mis estudios de posgrado en la Universidad Marista de Guadalajara, donde trabaja desde hace unos años. El Hno. Lupe, como lo conocemos es una persona sencilla y trabajadora, para mí resalta en su vida en el rasgo mariano de "hacer el bien sin ruido". 

¿Cuál es la lección más importante que te ha enseñado la Vida?
Disfrutar de la vida lo que sea posible, no perder las oportunidades que se nos presentan.

Define en una frase el mundo en que vivimos.
Vive el momento en comunión con los demás y con Dios

Si pudieras cambiar algo del mundo en que vivimos, ¿Qué sería?
Evitaría la contaminación ambiental y espiritual

¿De qué te sientes más agradecido en tu vida?
De tener buena salud y la capacidad de pensar


¿Cómo sería para ti un día perfecto?
El día que haces lo que te gusta, pase lo que pase

Como religioso ¿Cómo mantienes el fuego de tu vocación?
A través del diálogo con los demás y orar con mi vida

¿Cuánto tiempo dedicas a la oración personal?
Media hora

¿Cómo es tu oración personal?
Por los acontecimientos y la contemplación de la naturaleza

¿Cuál es tu pasaje favorito del evangelio?
Hay varios, uno de ellos es el de la mujer adúltera y la misericordia de Jesús

¿Cuál rasgo humano de Jesús intentas vivir?
Cuando da de comer a la multitud, lo intento mediante la ayuda a otros

¿Quién es María para ti?
Es mi madre, y llevo su nombre, acudo a ella y trato de imitarla en su sencillez

¿Qué admiras más en Marcelino Champagnat?
Su valor ante los problemas que vivió, su sabiduría, su generosidad y alegría.

¿Qué significa para ti “Seguir a Jesús como María”?
Procuro que sea Jesús el centro de mi vida como lo fue de María.

¿Qué características tiene un marista?
Para mí la más importante es la sencillez

¿Cuáles son las 5 cualidades que más valoras en una persona?
La cortesía, su sabiduría, el control de sí misma, su generosidad y alegría.

¿Qué es lo que menos soportas de una persona?
La agresividad

Una película que recomendarías y por qué.
Es la que se titula “Las curvas de la vida” de Clint Eastwood o “Truble with the curve”; en ella se muestra una realidad humana que se experimenta.

Un libro que recomendarías y por qué.
Son varios: Jesús de Nazareth de Benedicto XVI, 14 aprendizajes vitales de Carlos Alemany (2002)

¿Cuál es tu hobby? (¿Qué haces para descansar?)
La lectura y la jardinería

¿A qué equipo le vas?
Al América

¿Con qué personaje histórico y actual te gustaría tomar un café? ¿por qué?
El personaje histórico es: César Augusto, para platicar de las costumbres romanas. El actual es: Enrique Peña Nieto para ver la realidad de México.

¿Qué consejo darías a los jóvenes?
Trabajen y estudien para que tengan un presente y un futuro pleno.

Una frase o cita que refleje tu filosofía de vida.
Por ahora es “De la abundancia del corazón habla la boca” por eso llena de nobleza tu corazón.

lunes, 3 de abril de 2017

Humildad Marista



En varios documentos como por ejemplo en el Manual de Piedad se define el espíritu del Instituto con tres rasgos marianos: Humildad, Sencillez y Modestia. Este mismo esquema es tomado por el Hermano Basilio Rueda en una circular titulada de la misma manera: El Espíritu del Instituto.

Existe una carta de Marcelino, la número 282, donde podemos ver a Marcelino Champagnat aceptando con humildad y sencillez un aviso fraterno del Padre Mazelier. El Hno. Apolinar se encontraba oficialmente en la congregación del P. Mazelier para salvar el servicio militar. Al poco tiempo el hermano enfermó y, no nos dice porqué la carta, se encuentra en L’Hermitage con Marcelino. Marcelino parece haber dado coba al hermano para que permaneciera en L’Hermitage. La carta parece ser una respuesta de Marcelino ante la extrañeza, por dicha situación, del P. Mazelier.

El contexto de la carta nos da dos pistas sobre la humildad y sencillez de Marcelino. Marcelino le dirá en la carta: “Señor Superior, le ruego tenga la bondad cada vez que la ocasión se presente de hacerme sin dificultad las observaciones que juzgue necesarias; las recibiré con agradecimiento y me conformaré a ellas exactamente.” Esta frase parece indicar que el Sr. Mazelier no confronta directamente a Marcelino, sino que manda una carta directamente al Hno. Apolinar. Marcelino discretamente le pide que se dirija directamente a él. En el camino nos da un ejemplo de cómo vivir la humildad. De igual manera al comentar Marcelino el efecto de la Carta en el Hno. Apolinar, expresa: “Espero le será útil y que ese buen Hermano no se sentirá molesto.

Marcelino tiene la humildad y sencillez para dejarse corregir por su amigo el P. Mazelier. Es más, le pide que le haga cualquier corrección. Marcelino aquí da ejemplo de cómo vivir la Humildad y Sencillez.

Quizá la mejor descripción de lo que Marcelino entendía por humildad la encontramos en el Manual de Piedad de 1855. Este manual en el capítulo sobre el espíritu de familia, describe que el espíritu del Instituto es el espíritu de María y le da tres características: humildad, sencillez y modestia. Luego pregunta que se hace para conseguir este espíritu y contesta con seis cosas: (1) hacer la guerra continua para el orgullo, la vanidad, el ego, el deseo de aparecer, y la susceptibilidad; está trabajando sin descanso para destruir en todo lo que en nosotros mismos se opone a la humildad; (2) convencernos de que es a través de la práctica constante de esta virtud que debemos santificarnos, y que fuera del camino de la humildad para nosotros no hay ni la gracia ni la protección de Dios, ni virtud sólida, y no hay manera efectiva para el éxito en nuestro trabajo de los niños de los catequistas. (3) Es no tener secreto a nuestro Superior y dejar que nos llevan al camino de la obediencia como niños pequeños. (4) Es mirarnos a nosotros mismos como el menor entre nuestros hermanos y con estos sentimientos, tenerles gran respeto, hablar con ellos con modestia y humildad, siempre dispuestos a ceder en vez de obligarlos, a hacer los servicios más humildes y a tomar para nosotros lo menor; (5) Estar dispuesto a ser corregido y advertido de nuestras faltas y mostrarnos agradecidos cuando alguien nos ha hecho la caridad de este oficio; (6) pedir constantemente para nosotros, la humildad de Jesús y María; reflexionar constantemente los ejemplos que Nuestro Señor y su Madre divina nos dieron esta virtud.

Marcelino al responder al P. Mazelier de esta manera se deja ser corregido por el sacerdote y se muestra agradecido por su corrección. Al mismo tiempo espera que el Hno. Apolinar se comporte de la misma manera. Marcelino no sólo aconsejo vivir la Humildad al estilo de María, el mismo la vivió.

Las constituciones actuales nos recuerdan en el número 5 que: La predilección por las tres virtudes marianas de humildad, sencillez y modestia nos viene de Marcelino Champagnat. Estas virtudes revisten de autenticidad y bondad nuestro trato con los Hermanos y demás personas.

Hoy más que nunca los maristas estamos llamados a vivir la humildad y la sencillez que nos debe de caracterizar, quizá el lenguaje del siglo XVIII tenga que ser actualizado, como lo hizo el Hno. Basilio Rueda en su circular sobre el Espíritu del Instituto. Nuestro siglo necesita el testimonio de humildad y sencillez y la iglesia lo está esperando. Ojalá que cada Marista, sea laico o hermano sea capaz de crecer diariamente en estas virtudes y que así podemos vivir los deseos de Marcelino en su testamento espiritual: Constituyan siempre la humildad y sencillez el carácter

distintivo de los Hermanitos de María.

La carta 282 de Marcelino puede ser consultada en la página del Instituto o en la web de Cepam

Este texto, con ligeras variaciones, fue presetado como trabajo de CEPAM en marzo de 2017. 

miércoles, 29 de marzo de 2017

Conociendo al Hermano Antonio Peralta Porcel

El carisma marista no es algo para ser descrito, es algo para ser vivido, en esta sección del blog platicamos con  algunos hermanos para asomarnos a su vida y a su espiritualidad. 


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(En la foto, el Hno. Antonio a la izquiera, el Hno. Juan Carlos al centro y su servidor a la derecha) 

Hoy presentamos al Hermano Antonio Peralta Porcel, (no confundir con el Hermano Antonio Isidro Peralta Aragon, que es mexicano), un hermano español que ha adoptado sudamérica como su patria, especialmente Bolivia. Actualmente encargado del Centro de Formación Marista en el Escorial, España. Dos características importantes, su sensibilidad social y su experiencia de oración, gracias a él, tomé en serio la invitación a la oración contemplativa, lo cual agradezco profundamente. 

1. ¿Cuál es la lección más importante que te ha enseñado la Vida?La vulnerabilidad es un espacio privilegiado para crecer en humanidad.

2. Define en una frase el mundo en que vivimos.Somos testigos de un mundo en vertiginoso cambio y preñado de esperanza.


3. Si pudieras cambiar algo del mundo en que vivimos, ¿Qué sería?Garantizar para todo los niños y niñas el derecho a la educación y a vivir una infancia feliz.


4. ¿Hay algo que hayas soñado y no hayas concretado?Voy aprendiendo a vivir en el aquí y el ahora. Los sueños me sacan del presente, que por otra parte es el único espacio para ser feliz e intentar que los demás también lo sean.


5. Si respondiste a la pregunta anterior, ¿Por qué no lo has hecho?

6. ¿De qué te sientes más agradecido en tu vida?La familia, los amigos, mi vocación de servicio, la cultura, la salud.


7. ¿Cómo sería para ti un día perfecto?El día perfecto sería aquél en que logre aceptar amablemente mis límites y los de los demás.


8. Como religioso ¿Cómo mantienes el fuego de tu vocación?Mi vocación es una gracia del Espíritu. Siento que Él me alienta. Intento nutrirme en el silencio y en la relación “humana” con las personas.


9. ¿Cuánto tiempo dedicas a la oración personal?Mucho menos del que necesito.


10. ¿Cómo es tu oración personal?Intento pacificar el corazón. Para ello hago silencio y modero el ritmo alocado de mi mente. Presto atención amorosa al momento presente y en lo hondo del corazón me parece intuir la Presencia del Buen Dios. Agradezco y confío.


11. ¿Cuál es tu pasaje favorito del evangelio?Hay muchos. Pero uno de ellos es: “Sean misericordiosos como es misericordioso el Padre de ustedes. (Lc 6, 38)


12. ¿Cuál rasgo humano de Jesús intentas vivir?La cercanía a las personas, la acogida.


13. ¿Quién es María para ti?Una mujer sencilla y humana y por ello abierta a Dios. La siento como amiga, y compañera en el camino del Reino.



14. ¿Qué admiras más en Marcelino Champagnat?Su capacidad de vivir apasionado por Dios, por los hermanos y por los niños y jóvenes pobres.


15. ¿Qué significa para ti “Seguir a Jesús como María”?Hacer de las bienaventuranzas mi estilo de vida.


16. ¿Qué características tiene un marista?Amor a Jesús y a su evangelio; Sencillez de corazón, apasionado por la misión con los niños y los jóvenes pobres; la vida fraterna en clave de familia; el compromiso cotidiano por construir una iglesia más laical y más mariana.


17. ¿Cuáles son las 5 cualidades que más valoras en una persona?Humanidad, sencillez, alegría, generosidad y esperanza.


18. ¿Qué es lo que menos soportas de una persona?La doblez, la prepotencia y la falta de humanidad.


19. Una película que recomendarías y por qué.Me encanta “Así en la tierra como en el cielo”. Para crecer en humanidad es necesario acoger e integrar las zonas oscuras de nuestra historia. Es una película muy bella, pero no me atrevo a recomendarla.


20. Un libro que recomendarías y por qué.
Biografía del silencio de Pablo D´Ors. Dentro de nosotros hay un pozo muy profundo y allí está Dios. Para bajar a ese pozo necesitamos cuidar momentos cotidianos de silencio y quietud. Este libro nos ofrece claves muy inspiradoras para hacer ese viaje hacia el Dios que nos habita.


21. ¿Cuál es tu hobby? (¿Qué haces para descansar?)Me gusta el trabajo manual en contacto con la naturaleza, con la tierra. También disfruto haciendo ejercicio físico diario, especialmente subiendo a la montaña.


22. ¿A qué equipo le vas?A ninguno.


23. ¿Con qué personaje histórico y actual te gustaría tomar un café? ¿por qué?Con el Papa Francisco.


24. ¿Qué consejo darías a los jóvenes?Servir a la gente más empobrecida, al estilo de Jesús de Nazaret, es el mejor camino para ser felices. No tengan miedo de comprometerse fuertemente con Jesús para construir un mundo mejor.


25. Una frase o cita que refleje tu filosofía de vida.Me sabe a epitafio y todavía soy joven.

lunes, 27 de marzo de 2017

Lugares de Encuentro.

Lugares de Encuentro.

Nuestra espiritualidad nos lleva a encontrar a Dios en todas las cosas y en todos los aspectos de la vida. La oración es uno de los medios para profundizar en nuestra experiencia. No reemplazamos la oración por el trabajo. Escuchar a Dios nos impulsa a seguir trabajando por el Reino. Nuestra oración proviene de la vida y nos devuelve a la vida. (Agua de la Roca #76)

Un punto tradicional de la Espiritualidad Marista es el encontrar a Dios en todas las cosas. El poder mantener la presencia de Dios y descubrir que me ama.
En las Enseñanzas Espirituales de Marcelino se habla de los heraldos del amor de Dios. Lugares, Situaciones u Objetos que le recordaban a Marcelino el Amor de Dios. La lista que proponía Marcelino era:
·         la santísima Virgen
·         la cruz
·         el campanario

Marcelino veía las Imágenes de María, la cruz y el campanario y le recordaba el amor que Dios nos tiene. En nuestra vida, seguramente hay algo que nos recuerda el amor que Dios nos tiene. 

viernes, 24 de marzo de 2017

La herencia que recibimos los maristas.



Los Laicos y Hermanos Maristas hemos recibido una valiosa herencia tanto de nuestro fundador como de los hermanos y laicos que nos han precedido. Hoy somos herederos de este carisma que es un regalo para la Iglesia y el Mundo. Profundizar esta herencia pasa por el conocimiento de la vida y experiencia espiritual que vivió Marcelino Champagnat. Un símbolo que puede ayudarnos a recordarlo es L’Hermitage, la casa que construyeron Marcelino y los primeros hermanos.

La casa de L’Hermitage, nuestra herencia, nos viene junto con una misión. La misión de la educación cristiana de los niños y jóvenes. Los maristas continuamos un proceso surgido en la Iglesia desde antiguo, primero como catequesis, luego como preparación de sus sacerdotes y religiosos. Poco a poco, a lo largo de los siglos, van surgiendo congregaciones dedicadas a la formación de los niños y jóvenes. Marcelino Champagnat se sitúa en este proceso. Ve una necesidad: la formación de los niños y jóvenes del campo. En este tiempo, los niños de las grandes ciudades de Francia eran atendidos por los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Sallistas) con ellos resurgen las comunidades de Hermanos, es decir, de cristianos no sacerdotes consagrados a Dios.

Los tiempos de la fundación de los maristas, se sitúan en un contexto político nuevo, la Revolución Francesa. Dicha revolución tuvo un carácter anti-religioso. Marcelino, junto con otros fundadores de su tiempo, sentirá la necesidad de trabajar por la reevangelización de su país (restauración) y por la evangelización del mundo recién descubierto (Islas de Oceanía). Un tiempo de la construcción de un modelo nuevo.

De forma general, los fundadores de congregaciones de este tiempo tendrán una visión de una sociedad corrompida, una visión de una serie de catástrofes apocalípticas que comenzaron en la reforma protestante, continuaron en el siglo de las Luces y seguían durante la revolución francesa y propondrán, como respuesta, un nuevo tipo de religiosos, de tradición misionera cuyo prototipo fue la Sociedad de Jesús (Jesuitas) (Lanfrey 2015: 136).

Marcelino, en el seminario conoce a dos compañeros Courveille y Colin, con ellos y algunos más, formará un grupo de seminaristas piadosos que el terminar su formación se comprometerán en el santuario de Fourvière a la fundación de una sociedad dedicada a María. Ellos lo veían como una respuesta de Dios a esos últimos tiempos que estaban viviendo y se encargarían de la evangelización, para ello realizarían misiones y fundarían escuelas.

Marcelino aporta una idea nueva, un grupo de “hermanos” que se dediquen fuertemente a la parte educativa. Es difícil saber con precisión a qué se refería con Hermanos, podría ser un grupo de laicos piadosos formados como maestros cristianos, especialistas en la catequesis, o podría ser, un grupo de Hermanos, miembros de una congregación religiosa. Este último será la evolución histórica que tomará forma en L´Hermitage. En el prospecto de 1824 dirá:

“Para superar ese inconveniente [dificultades en la educación de las zonas rurales], se ha formado un establecimiento de maestros, bajo el nombre de Hermanitos de María; y en este momento, se construye una casa de ese instituto en el Hermitage de Notre-Dame-sur-Saint- Chamond, departamento de Loire.” (Citado por Lanfrey 2015: 266)

Marcelino Champagnat vio la educación cristiana como una forma de evangelizar. Como un ministerio catequético. En los estatutos de 1836, en el primer artículo dirá:

“Los Hermanitos de María tienen por objeto principal la instrucción primaria; ellos enseñan el catecismo, la lectura, la escritura, el cálculo, los principios de la gramática, el canto de la iglesia y la historia santa. En su enseñanza, siguen el método de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.” (Citado por Lanfrey 2015: 305)

Marcelino pensó en educadores cristianos. Una visión diferente a la de los maestros de la época, y con bases diferentes a las propuestas por la universidad post-revolucionaria. Los Hermanos Educadores debían ser apasionados por Dios, creyentes piadosos (en el lenguaje del Siglo XIX); dedicados a tiempo completo a la formación de la juventud, por lo cual no quería que se involucraran en otras funciones ya sea eclesiásticas (como sacristanes, cantores, lectores, campaneros…) o civiles (como secretarios de los ayuntamientos).

Un aspecto importante es que Marcelino consideraba la educación de niños y jóvenes como una vocación completa. Veía ésta vocación como un apostolado laical. Con esta concepción Marcelino fue punta de lanza en la doctrina de vocación laical y de apostolado de los laicos. Prueba de esto son las cartas de Marcelino al Hermano Bartolomé, por ejemplo, la carta 14:

Sé también que tienen gran número de niños, o sea, que tendrán un gran número de imitadores de sus virtudes, porque sus niños se formarán según sean ustedes, según sean sus ejemplos así ajustarán ellos su conducta. ¡Qué importante es su trabajo y qué sublime! Están continuamente con aquéllos de los que Jesús hacía sus delicias, ya que prohibía expresamente a sus discípulos impedir a los niños acercarse a él. … ¡Oh!, qué bien recibidos serán por este divino maestro, este maestro gene-roso. . . Digan a sus niños que Jesús y María los quieren mucho a todos: a los que son buenos por que se parecen a Jesús Cristo, que es infinitamente bueno, a los que aún no lo son, porque llegarán a serlo. (PS014)

Marcelino reivindicará la vocación de hermanos laicos, autónomos, aunque bajo la dirección de sacerdotes. Marcelino no verá al Hermano como un doméstico sino como un Apóstol-catequista, aunque esto le traerá problemas principalmente con el P. Colin, ya que en ese momento la Iglesia no tenía definido este estado religioso.

Marcelino veía a los jóvenes necesitados de catequistas y educadores por eso forma hermanos, que puedan orientarlos en este tiempo de crisis, que los salven del peligro de los maestros-mercenarios (los maestros de la revolución), que no buscan su desarrollo y salvación, sino que los desorientan tanto con sus palabras como con su forma de vida. El Hermano Juan Bautista, su biógrafo escribirá:

“Si tan sólo se tratase de enseñar la ciencia profana a los niños, no harían falta los hermanos; bastarían los maestros para esa labor. Si sólo pretendiéramos darles instrucción religiosa, nos limitaríamos a ser simples catequistas, reuniéndolos una hora diaria para hacerles recitar la doctrina. Pero nuestra meta es muy superior: queremos educarlos, es decir, darles a conocer sus deberes, enseñarles a cumplirlos, infundirles espíritu, sentimientos y hábitos religiosos, y hacerles adquirir las virtudes de un caballero cristiano. No lo podemos conseguir sin ser pedagogos, sin vivir con los niños, sin que ellos están mucho tiempo con nosotros” (Furet 1989: 547).

Marcelino veía la educación cristiana no solamente como enseñanza del catecismo, quería preparar a los jóvenes para la vida, no solo enseñarles a leer, escribir y contar sino para que lleven una vida íntegra y sean gente de bien. Para hacerlo pedía que los hermanos imitaran a los hermanos de las Escuelas Cristianas, que eduquen a los niños y jóvenes con el método que ellos utilizaban. Tuvo una especial preocupación por los pobres, para llegar a ellos pedía a los hermanos que vivan de forma sencilla.

Con respecto a los maestros que daban clases, revolucionarios y más tarde enviados por la universidad dirá: “no se puede ser un auténtico maestro de enseñanza primaria sin dar prioridad a la educación cristiana” (Lanfrey 2015:337). Por eso daba gran importancia al ejemplo, más tarde afirmará: la principal lección es el ejemplo.

Para llevar a la práctica estas ideas, Marcelino tendrá que superar muchas dificultades. Ya se ha hablado del problema de la identidad de los hermanos y del conflicto con el P. Colin. Además, se tendrá que preocupar de la formación de los hermanos y de la aceptación por el gobierno.

Para formación de los hermanos, Marcelino tiene el doble reto de formarlos como religiosos y como maestros. Para hacerlo construirá la casa de L’Hermitage, que mucho tiempo funcionará como casa central y noviciado, aquí los novicios maristas aprendían a orar, el catecismo y los principios de la vida cristiana, además, aprendían a leer y escribir bien. El hermano Sylvestre, formado L´Hermitage en 1831, describe el noviciado de su tiempo:

En cuanto al personal, se componía de una veintena de hermanos ancianos, empleados en diversos talleres o en otras cosas, y una decena de hermanos jóvenes o novicios, a quienes se daba durante dos horas al día, lecciones de lectura, ortografía, cálculo y sobre todo de catecismo y escritura elemental (Sylvestre 1992: 299, citado por Lanfrey, 2016: 402).

También, en L’Hermitage reunirá a todos los hermanos, en los tiempos de vacaciones, para un retiro espiritual y tiempos de estudio. Esta formación será completada con la vida del día a día en las comunidades, donde, los directores de las escuelas (y al mismo tiempo superiores de la comunidad) tenía el deber de enseñar en la práctica a los hermanos, volverlos maestros y religiosos, apoyados en un horario de estudio y en la práctica diaria. Esta práctica será reflejada en el reglamento de 1837:

[Después de levantarse a las cuatro y de las oraciones,] a las cinco y media se escribe o se hacen algunos modelos [de escritura] si no hay suficientes. A las seis y media, el lunes, martes y miércoles, los hermanos estudian Gramática o preparan el dictado. El viernes y sábado se emplea esta media hora en la Aritmética o en la lectura de manuscritos. Si es necesario, se puede dedicar al estudio de estas materias la media hora de tiempo libre que precede al oficio de la tarde (Règle,1837, p. 16 citado por Lanfrey 2016:400).

Estos ejercicios son presididos por el Director que debe formar en la ciencia a los que están a su cargo. No cabe duda que Marcelino daba importancia a la formación de sus hermanos, logrando que jóvenes hijos de campesinos se volvieran, en pocos años, experimentados evangelizadores y maestros.

Varias cualidades nos deja Marcelino como parte de su herencia. Entre ellas quiero destacar la solución a los problemas prácticos. Marcelino era una persona que experimentaba las dificultades y encontraba la mejor manera de solucionarlas, no se enredaba en teorías, descubrió la necesidad de los niños y jóvenes sin educación y sin catequesis y la resolvió fundando a los maristas. Ante la dificultad de la aprobación civil sabe solucionar las principales adversidades de no contar con ella. Ante la necesidad de una casa más grande, construye.

Marcelino se compromete en la evangelización, se apasiona por Dios y quiere transmitirlo a los demás, hoy que queremos vivir un nuevo comienzo es tiempo de volver a apasionarnos por Dios.

Marcelino sabe confiar en su gente y delega las decisiones en el nivel que corresponde como las necesidades de formación en los directores. De igual manera se preocupa por la formación tanto inicial como permanente, para que responda a las necesidades que existen.

Finalmente creo que Marcelino sabe ver soluciones donde otros ven problemas, quizá esto lo aprendí en L’Hermitage. Creo que es muy conocida la anécdota, cuando en tiempos de Marcelino, los obreros que estaban construyendo L’Hermitage se cansan y le dicen al Padre Champagnat que no se puede cortar la roca, y que el mismo se pone a cortarla con fuerza. Para unos un gran problema, un pequeño valle con una colina de rocas que estorbaba. Pero desde otro punto de vista, seguramente Marcelino consiguió ese terreno por que tenía materia prima para la construcción. La roca para Marcelino en vez de ser un obstáculo era algo con lo cual podría construir. Así construyó L’Hermitage. Construcción que queda como símbolo de la herencia que hemos recibido. Ojalá que nosotros, como Marcelino sepamos ser dignos herederos y donde otros ven problemas nosotros veamos la materia prima para la solución.





Furet, Juan Bautista (1989). VIDA DE JOSÉ BENITO MARCELINO CHAMPAGNAT. Edición del Bicentenario. Roma: Casa General de los Hermanos Maristas.

Lanfrey, André (2015). MARCELINO CHAMPAGNAT Y LOS PRIMEROS HERMANOS MARISTAS 1789-1840: Tradición educativa, espiritualidad misionera y congregación. Carisma y principios educativos maristas, Vol. 1. Curitiba (PR): Editora Universitária Champagnat



RAYMOND, Borne; SESTER, Paul. CRÓNICAS MARISTAS VI: cartas del P. Champagnat – 2. Biografías y topónimos. Roma: Luis Vives, 1987. Consultado en Internet en: https://sites.google.com/site/cepamlbcartasde/02-ch111000-conjuntos-de-cartas-activas/CartasdeMarcelino.doc?attredirects=0&d=1 en noviembre de 2016


* Este texto se presentó inicialmente como trabajo en la materia de "Origenes de la Tradición Pedagogica Marista" tomada en el 2016 en la maestría en Carisma y Misión Marista en la PUCPR-Curitiba

miércoles, 22 de marzo de 2017

Vivir el carisma marista según el estado de vida.


Quiero continuar la reflexión sobre el laicado marista, ya antes a aprecido el tema en este blog, cuando se habló del carisma marista, lo mismo cuando se habló de los estados de vida, de quién es un laico y sobre el laicado marista.

¿Qué aporta cada estado de vida al carisma marista? Recordemos que el carisma marista según San Marcelino Champagnat, inicialmente se cristalizó como un instituto de vida consagrada laical, lo que hoy llamamos de religiosos hermanos. A partir del Vaticano II se da la apertura a los laicos y se descubre que Dios sucita vocaciones maristas entre los laicos. Esta idea queda reafimada por el Papa Juan Pablo II, cuando en el documento Vita Consecrata afirma: "Debido a las nuevas situaciones, no pocos institutos han llegado a la convicción de que su carisma puede ser compartido con los laicos. Estos son invitados a participar de manera más intesna en la espiritualidad y la misión del instituto mismo. En continuidad con las experiencias históricas de las diversas órdenes seculares o terceras Órdenes se puede decir que ha comenzado un nuevo capítulo, rico en esperanzas, en la historia de las relaciones entre las personas consagradas y el laicado" (VC 54) .

Esta nueva relación sucita todavía desconfianza en algunos hermanos (cuando menos en mi provincia) y confusión en algunos laicos que da la impresión, quieren vivir como religiosos. Esta vida y misión compartida tiene que surgir desde la identidad de cada uno y pasa por el reconocimiento de los propio de cada estado de vida. Solo desde ahí las vocaciones del hermano y del laico podrán ser verdaderamente complementarias. 


¿Qué aporta el hermano marista?

Siguiendo el documento de "En torno a la misma mesa" la vida de los hermanos es: "En respuesta a una llamada de Dios, los hermanos son personas que optan por un estado de vida reconocido en la Iglesia como vida religiosa o vida consagrada. Ellos nos aportan su testimonio del seguimiento de Jesús a través de sus compromisos públicos. (ETMM 18)... Los hermanos nos ofrecen su forma propia de cultivar la espiritualidad, que nos anima a crecer juntos en la fe. El estado de vida del hermano es un signo profético especial para el mundo y los demás cristianos, que nos recuerda nuestra propia llamada a la radicalidad y pasión por Cristo."(ETMM 20)

Por tanto, los hermanos maristas aportan al carisma lo específico de su vocación. El seguimiento radical de Cristo. Su testimonio de la pobreza evangélica, de la castidad y de obediencia enriquece el carisma marista. Además, la vivencia de las bienaventuranzas (Mt. 5) de Jesús, su testimonio de oración y de fraternidad, su libertad para ser enviados testimonia la entrega alegre y generosa en el carisma marista.

Son muchos los religiosos que han vivido el carisma marista. El conocer la vida de los hermanos actuales, junto con la vida de los que ya descansan en el Señor nos permite descubrir la belleza de una vida entregada al Señor.

¿Qué aportan los laicos al carisma?

Nuevamente el documento de "En torno a la misma mesa", nos da pistas importantes: "Los laicos aportamos nuestra forma específica de vivir el carisma marista. Nuestra identidad no se reduce a ser colaboradores de los hermanos (ETMM 21)... El compromiso con las realidades del mundo nos hace signos de Dios en los diferentes ambientes sociales, económicos y políticos en que nos movemos, a la vez que nos capacita para descubrir, con una mirada propia, las llamadas de Dios en esas situaciones. (ETMM 23).

Las laicas y los laicos maristas aportan al carisma lo específico de su vocación. Los laicos siguen a Cristo desde su propio estado de Vida. Es importante resaltar que los laicos se encuentran llamados, igual que los que viven otros estados de vida, a la santidad dentro de la Iglesia. Hoy se encuentran también invitados a participar de una manera plena en la misión y espiritualidad maristas.

Una novedad que la nueva relación entre laicos y hermanos nos aporta es la visión desde el horizonte de la mujer. Dentro del carisma de Champagnat nos ayuda a descubrir nuevos aspectos hasta ahora inexplorados.

Muchos laicos se han comprometido y viven el carisma marista. Es importante que cada uno discierna el nivel de adhesión que quiere tener con el carisma y si es el caso el compromiso que asumirá.

Foto: Diego Torres: Tomada de:  https://pixabay.com/es/playa-océano-gaviotas-para-caminar-1937491/