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viernes, 2 de junio de 2017

Liderazgo y Gestión Marista.


Durante el mes pasado, del 18 al 20 de mayo (2017) participé en el encuentro de Directivos de obra de la Provincia Marista de México Occidental. Entre las actividades del encuentro, la Dra. Celina Torres presentó algunos elementos de su investigación sobre el liderazgo educativo y sobre el papel del directivo escolar como líder de su institución. Hay algunos elementos que considero importante para seguir profundizando y apoyar la formación de los maristas (laicos y hermanos) que les toca realizar esta función. La Dra. Celina mencionó como las principales características del líder: Muestra respeto, buen trato a los profesores, promueve la democracia, comprometido, ético, honesto, optimista por las mejoras, fomenta clima de confianza, muestra voluntad para cambiar, promueve el orgullo por la escuela, favorece el bienestar y éxito, alienta,  supervisa los estándares. Siguió en su ponencia profundizando en el desempeño de los líderes educativos, desde su investigación, en México los mejores líderes educativos coinciden en tener algunas cualidades, competencias y prácticas. Las cualidades son: humano, empático, comprometido y congruente. Las competencias de líder efectivo son la comunicación y la motivación, la resolución de problemas, el ser negociador-facilitador y estar orientado a la mejora. En cuanto a las mejores prácticas se encuentran la escucha activa, la toma de decisiones participativa, el sistema de evaluación, el sistema de reconocimientos y la formalización de objetivos y expectativas. 

Me gustó mucho la reflexión ya que creo que gran parte de lo mencionado en la conferencia se encuentra presente en el liderazgo de Marcelino Champagnat y en la tradición espiritual marista. Desde el comienzo los maristas hemos visto el trabajo educativo y el trabajo del director como una vocación de servicio. Recordemos que Marcelino veía el trabajo educativo como una vocación completa y un gran servicio a la Iglesia. De igual manera, desde el comienzo del Instituto se habla de lo que la Dra. Celina llama congruencia. Los primeros hermanos decían que había que educar con el ejemplo. Que nuestra vida constituya un modelo para nuestros alumnos. Algo que me llama fuertemente la atención es que el Instituto, no surge desde una idea o concepto (al igual que la práctica educativa), sino desde una situación concreta a la que Marcelino busca darle una respuesta. Marcelino ve un problema, la educación cristiana en la situación de su parroquia y busca una solución creativa, los Hermanos de las Escuelas Cristianas no pueden llegar ya que los municipios no pueden pagarlos. Marcelino busca la manera de dar educación cristiana y encuentra maneras de realizarla con creatividad.

Ojalá que pronto los maristas, laicos y hermanos, podamos abrirnos a nuevos estilos de liderazgo, más parecidos a lo que el Hno. Emili ha llamado "liderazgo con rostro mariano". Que sea un liderazgo horizontal, donde laicos y hermanos nos podamos sentar en la misma mesa, dialogar o como mencionaba el encuentro de Nairobi: "alrededor del fuego". Más que un liderazgo para controlar el poder, creo que necesitamos un liderazgo que pueda  acompañar, comprender y confrontar de manera fraterna. Un estilo de liderazgo horizontal, corresponsable, con presencia y participación de todos que permita crear espacios para el diálogo fraterno, para la interioridad, y un ritmo de vida equilibrado, en la vida cotidiana y especialmente en las reuniones y convivencias. 


Invito a los que quieran a comentar a recordar anécdotas de Hermanos o Laicos maristas donde se muestre el liderazgo con rostro mariano al que se invita.