Paseando por la ciudad de Querétaro, encontré una advocación a María que no conocía. Nuestra Señora de las Tres Avesmaría. Tengo que decir que no conocía la imágen. La devoción me recordó mucho a Don Pedro Santanna, un hermano marista con el que coincidí mientras estudiaba la escuela primaria.
Don Pedro nos recomendaba rezar, cada día al acostarnos tres Avesmarías y nos dió como clave que cuando lo saludaramos hicieramos un gesto: Unir en la palma de la mano el meñique y el pulgar (que deja extendidos tres dedos) y saludarlo como si fuera saludo militar en la frente.
Hace mucho que no me acordaba de esa devoción.