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lunes, 19 de marzo de 2018

Faro de esperanza en este mundo turbulento.



La primera llamada del XXII Capítulo General, invita a los Maristas a ser faro de esperanza en un mundo turbulento. Personalmente creo urgente y necesario tener esta actitud y ponernos en camino para responder a esta invitación. Pero es necesario enfatizar el "este mundo", es importante describir a lo que ser refiere. Debemos recordar que en estos primeros años del siglo XXI, la sociedad se ha transformado. Nunca como ahora se puede hablar de cambios vertiginosos y nuevos modelos interpretativos, ante estas trasformaciones parece importante reconocer el papel de la escuela y de la escuela marista. 

Ante las dificultades sociopolíticas y culturales es necesario reconocer que el mundo ha cambiado. Ya no nos encontramos en la modernidad de principios del siglo XX con los grandes retos planteados por el mundo obrero y la industrialización. Tampoco nos encontramos con los problemas de violencia y desastres causados por las guerras mundiales y la guerra fría. Los últimos 25 años parece que tienen poco en común con los años anteriores. 

Este periodo inicia con la caída del muro de Berlín y el fin del mundo bipolar. Igual en la historia marista inicia con el capítulo general de 1993 donde fue electo Superior General el hermano Sean Sammon. Los temas de misión, espiritualidad apostólica, solidaridad, formación y laicado marcarán el camino de dicho capítulo. 
Nuevos retos surgirán ante los cambiantes contextos sociales. (Por razones prácticas se hablará en el contexto mexicano, pero seguro que se aplican a otros países de Latinoamérica). 

El primero es el reto de la autoridad, los abusos de poder, autoritarismo, dictaduras, corrupción, etc… provocaron una crisis en la autoridad, de la cual se desconfía. El primer reto está en descubrir la autoridad como servicio. 

El segundo reto se presenta por el uso abusivo o destrucción de la naturaleza, la industrialización, el capitalismo salvaje, la avaricia de recursos ha desgastado el planeta, ha iniciado un proceso de calentamiento global y ha puesto en riesgo la vida a nivel planetario, no solamente la vida humana sino toda vida. Este es el reto ecológico 

Junto con el reto anterior, nos encontramos en una escandalosa distribución de la riqueza, donde pocos han acaparado los recursos y los beneficios de la modernidad y muchos han sido excluidos, se presenta también el reto de la pobreza. 
Aunado al anterior surge el problema del narcotráfico y la violencia. Se fundamenta en una salida fácil de la realidad, ya sea personal por el uso de sustancias o social en la búsqueda de un dinero fácil que permita satisfacer la demanda de consumo que se propone socialmente y a la vez se niega. 

La familia también se presenta como un reto. Este reto va mucho más allá del divorcio, aborto o uniones del mismo sexo que se nos presenta como desafío evangelizador. La estructura social-familiar se encuentra tensionada y casi desgarrada ante las exigencias laborales, económicas y sociales que parece estar fallando en su misión de relación afectiva y formación de nuevas generaciones.

Finalmente, el reto de los jóvenes, que desarrollan nuevos marcos de interpretación de la realidad y nuevos esquemas socio-culturales a los cuales no da respuesta esquemas morales o culturales anteriores. 

Todos estos retos van más allá de un simple cambio, es por eso que se define como un "mundo turbulento",  es un cambio de paradigma en sentido de Kuhn, aunque este autor restringe su análisis al campo epistemológico, su reflexión puede llevarse al campo social.

Como Maristas, especialmente en la escuela estamos llamados a dar una respuesta. Ante estos problemas y retos la escuela no puede seguir siendo la misma. La escuela misma se encuentra, como institución social, cuestionada en cuanto sus fundamentos y retada a dar soluciones nuevas que colaboren crear un mundo más humano. Donde cada persona se pueda desarrollar al máximo de su capacidad y se viva la fraternidad universal. Como menciona Tescaloro (2014:58) “Tal situación le impone a la educación católica mayor consciencia sobre la necesidad y la urgencia de contribuir para el enfrentamiento y la superación de los gravísimos problemas de nuestra época.” O como menciona el documento: La escuela católica en los umbrales del tercer milenio: “Frente a este panorama, la escuela católica está llamada a una renovación valiente. La herencia valiosa de una experiencia secular manifiesta, en efecto, la propia vitalidad sobre todo por la capacidad para adecuarse sabiamente.” (Congregación para la Educación Católica, 1997, n. 3).

La escuela, especialmente la escuela marista, necesita mantener su objetivo humanista. La escuela es un lugar de evangelización que privilegia la presencia en el ámbito educativo y que busca la educación integral, la inculturación y de aprendizaje de un diálogo vital entre jóvenes de religiones y de ambientes sociales diferentes. (cfr. Congregación para la Educación Católica, 1997, n. 11)

Dicho en lenguaje marista: Que Jesús sea conocido y amado por todos, especialmente por los jóvenes-pobres, desde la propia realidad donde habitan. 
Para cumplir esta misión, la escuela, especialmente la escuela marista tiene que cambiar, porque el contexto donde habitan sus destinatarios ha cambiado. Pero la misión es la misma, dejar salir lo más humano de cada persona. 

Fuentes:
Congregación para la Educación Católica (1997). La escuela católica en los umbrales del tercer milenio. Consultado en Internet en: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_27041998_school2000_sp.html en Julio de 2017.

Tescarolo, Ricardo (2014). El paradigma humano-cristiano: desafíos y perspectivas de la educación católica. Colección Carisma y principios educativos maristas, cuaderno 1: Curitiba: Editora Universitaria Champagnat

(Trabajo presentado originalmente en el curso de Paradigma Humano Cristiano, dentro del programa de formación en Carisma y Principios Educativos Maristas  de la PUCPR)

viernes, 16 de marzo de 2018

Actitudes de los Hermanos Marista ante los Laicos.



El contexto actual de relación entre los laicos y los hermanos, surgido ante la espiritualidad de comunión del Vaticano II y reforzado en la carta Vite Consecrata (No. 54) cuando dice: “el carisma de un Instituto de Vida Consagrada puede ser compartido con los laicos”, nos lleva a pensar en los esquemas de relación que se han tenido.

Siguiendo a Green (2014) desde el Capítulo general de 1993, se han visto en el Instituto Marista varias maneras de pensar esta relación. Son fácilmente identificables tres maneras de relación.

La primera entiende la vida marista como la vida de los Hermanos maristas. Por lo tanto, no hay lugar para el laicado. Simplemente no hay un espacio para la relación. Una vez que mueran los hermanos terminará la vida marista en este contexto.

Una segunda manera consiste en ofrecer un movimiento “global y estructurado para ofrecer oportunidades de formación maristas para los laicos, y para los hermanos y laicos juntos, y para fomentar lo que llegó a ser interpretado como la vocación de vida de los laicos maristas” (Green 2014:20). De esta manera se ofrece una relación, donde se considera la existencia del laicado marista y se forma a los laicos en la espiritualidad. La participación del laico, en este contexto puede ser variada, dependiendo de la apertura de cada provincia o comunidad.  Esta participación puede ir desde una ayuda puntual, en una actividad dirigida por los hermanos hasta la coresponsabilidad y compartir la vida, donde laicos y hermanos comparten en igualdad la responsabilidad, la espiritualidad y la misión.

Hay además un tercer grupo, presente sobre todo en países no occidentales. Donde hay un crecimiento de las vocaciones y un contexto cultural que dificulta que los laicos accedan a posiciones de responsabilidad o liderazgo de la Iglesia.

Ya en el XXI Capítulo General, hablaba de una nueva relación, basada en la comunión. El año pasado (2017), el XXII Capítulo General nos habla de formar un nuevo parentesco, de reconocernos como Familia carismática global, faro de esperanza en este mundo turbulento.  Esta nueva relación nos habla de avanzar paso a paso en la construcción de una relación donde tanto Laicos como Hermanos se sientan parte de una misma familia carismática, compartiendo una espiritualidad, en misión compartida de forma coresponsable.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Retos para los laicos del Capítulo General.


Les comparto la conferencia que dio Nohemy Pinto sobre los retos a los que lanza el XXII Capítulo General de los Hermanos Maristas para los Laicos. 


Durante su presentación compartió su experiencia del capítulo, los documentos sobre laicado aprobados (Ser laico marista y el Nuevo Proyecto de Vida)

Desde su punto de vista el Capítulo General presenta tres desafíos para los laicos maristas: Primero, Reconocernos como familia carismática, lo  que significa que el centro  es el carisma, nuestro punto de  encuentro es vivir el carisma como un signo de vida para la Iglesia y para el mundo. Segundo, revitalizar el Movimiento Champagnat de la Familia Marista, en este punto hizo énfasis en el liderazgo laical, como propuesta de vivir desde nuestra propia vocación. Finalmente mencionó el liderazgo laical sólido y bien formado, crear un liderazgo que implica vivir experiencias y propicie espacios en donde crezca la consciencia de vocaciones, crear condiciones necesarias (recursos, programas, experiencias, personas) para promover los procesos de formación laical.

Nohemí terminó su presentación con una frase del Hno. Emili Turu “tanto hermanos como laicos tenemos muchos fantasmas y suposiciones en nuestras mentes, y la experiencia nos dice que éstos se evaporan cuando nos sentamos a compartir vida y fe”. Por tanto la invitación fundamental es, a sentarnos en la misma mesa y dialogar como hermanos con nuestras diferencias, todos a vivir el don de la fraternidad, es el signo de vida, es en la mesa donde se rehacen las fuerzas, donde nos aceptamos diferentes pero complementarios.

Y a tí, ¿A qué te reta el Capítulo General? 

viernes, 10 de noviembre de 2017

Las llamadas del XXII Capítulo General. Conferencia del H. Pepe Sánchez

Continuando con el tema del XXII Capítulo General, y siguiendo los temas de la Reunión de Fraternidades Maristas de México, les comparto la intervención del Hermano José Sánchez Bravo, provincial de México Central. 

El Hermano Pepe (como le decimos) nos compartió las cinco llamadas del Capítulo, explicando cada una así como los íconos respectivos. 




Si toda vía no han visto los videos del Hermano Ernesto Sánchez, Superior General y del Hermano Miguel Ángel Santos que contextualizan el Capítulo General, no dejen de hacerlo. 

Los invito a dejar en un comentario, ¿A  cuál de las llamadas te sientes más invitado a vivir?

jueves, 2 de noviembre de 2017

Intervención del H.Miguel en la Reunión de Fraternidades de México.


Como ya les comentaba en una entrada anterior  el pasado octubre, participé en la Reunión de Fraternidades Maristas de México. El tema principal fue el XXII Capítulo General de los Hermanos Maristas. 

La primera intervención fue del Hermano Ernesto Sánchez, Superior General. La segunda Intervención fue del Hermano Miguel Ángel Santos. 

En el vídeo explica lo que es un Capítulo General, cuenta su vivencia, explica lo que significó participar para él, especialmente la oración contemplativa y la escucha contemplativa. Además toca algunos puntos del desarrollo de las sesiones y el trabajo de elección de Superior General, Consejeros y aprobación del proyecto de constituciones. 

Espero lo disfruten. 




martes, 31 de octubre de 2017

Intervención del H. Ernesto en la Reunión de Fraternidades de México.



El pasado 27 de octubre, tuvo lugar la reunión de Fraternidades Maristas de México, en la Ciudad de Guadalajara. 

Aprovechando la presencia del recién nombrado Hermano Superior General en la ciudad, se le invitó a estar algunos momentos en la reunión.  En el diálogo, habló sobre su experiencia del Capítulo General y su elección. 

Como mensaje, se enfatiza el Nuevo Lavalla, la Mesa de Lavalla. Retomando algunos puntos de su mensaje en el Capítulo nos dice que tenemos que poner la "mesa patas para arriba" (otra forma de decir, el "Armen Lío" del Papa Francisco). Con las 4 patas: Comprometernos en la búsqueda de Dios; El formar hogares vivos; Tomar en serio la opción de Champagnat y, finalmente, La Casa común. 

¿Qué de novedoso podemos vivir? 





Pronto tendremos las demás intervenciones donde los Hermanos Miguel Ángel Santos, José Sánchez, Jesús Hernández y Víctor Preciado, contaron su experiencia de Capítulo y comenzaron a transmitir el mensaje a los laicos de la Provincia.