viernes, 15 de septiembre de 2017

Revisión de la Jornada a la manera de María

Hace tiempo publiqué un artículo sobre 5 hábitos espirituales maristas. (http://www.guillermovillarreal.mx/2017/01/habitos-espirituales-maristas.html) Ahí hablaba de la Revisión de la Jornada. Brevemente la describí como: "Repasando los acontecimientos de nuestra jornada, como los discípulos de Emaús. Podemos ver como Dios está presente en nuestro caminar. Nos abrimos a las invitaciones que Dios nos hace mediante las mociones de nuestra vida".

Hoy presentamos una de las maneras que utilizamos los hermanos Maristas para realizar la revisión de nuestra jornada.


*******

REVISIÓN DE LA JORNADA A LA MANERA DE MARÍA


a) Entra en tu habitación
b) Se le apareció un ángel
c) Llamada: Alégrate, María, el Señor está contigo
d) María se turbó mucho
e) Fruto: Concebirás y darás a luz... ¿Cómo puede ser esto?f) El Espíritu de Dios te cubrirá con su sombra
g) ¡Sí, Señor! Que se haga en mí lo que has dicho

En la evolución de la escena del anuncio del ángel a María se desarrollan los pasos de la revisión de la jornada. Siente que Ella está junto a ti y que se debate en tus mismas preguntas y experiencias.


a) Entra en tu habitación


Elige un momento para entrar en ti mismo. Recuerda que, aunque sea difícil rezar, es el Espíritu quien ora en ti. Olvida toda preocupación y sentimiento particular.


b) Se le apareció un ángel.


Dios está presente en toda tu jornada. Piensa en su fidelidad. Haz venir a tu espíritu los acontecimientos del día.
¿Ha habido momentos o lugares en los que has sentido especialmente la presencia de Dios? ¿Ha habido entre las personas con las que has convivido algún ángel que te ha desvelado la Palabra y el amor de Dios?


c) Llamada: Alégrate, María, el Señor está contigo


Dios te conoce como eres, te habla al corazón y te llama por tu nombre. Estás en el reino de la alegría porque él te ama infinitamente.
¿Cuáles han sido tus gozos en el día de hoy? ¿Y tus sufrimientos? ¿Has sentido alguna llamada especial de Dios a crecer?


d) María se turbó mucho

¿Cuál ha sido hoy tu sentimiento más profundo? ¿Has tratado de reprimir algún sentimiento?

Elige una palabra o imagen en que resumas tu día.

Y Dios ¿qué palabra elegiría para describir tu jornada? ¿Hay algo que te turba en la manera como Dios te invita a crecer? ¿Qué es lo que te da fuerzas?


e) Fruto: Concebirás y darás a luz... ¿Cómo puede ser esto?


Ahora que has reflexionado sobre tu jornada, sobre los acontecimientos, sobre las personas encontradas, sobre tus pensamientos y sentimientos: ¿cómo definirías tú la invitación que Dios te hace en este momento? ¿Qué te dice Dios de tu propia vida? Lo que te pide Dios, ¿está más claro para ti cada día?
¿Consideras su invitación como una llamada a un nuevo impulso, o como una llamada a morir, a abandonar una parte de ti mismo, o como una llamada a vivir un tiempo de gracia y plenitud?

Formula ante Dios tus preguntas y tus sentimientos ante la nueva vida a la que te invita.


f) El Espíritu de Dios te cubrirá con su sombra


Acuérdate de que Dios no sólo te llama, también te da la gracia para responder y orientar tu vida.
Pide a Dios que te bendiga y que te dé confianza; pide la ayuda de Jesús, de María, de Marcelino y de todos tus Hermanos. Dedica algunos minutos a la presencia de Dios y deja al Espíritu de Jesús que te llene con su fuerza.



g) ¡Sí, Señor! Que se haga en mí lo que has dicho

Este último momento de tu oración no ha de centrarse en tus propias fuerzas. Cultiva, más bien, una actitud como la de María y da un paso más hacia la donación total.
Pon de nuevo en Dios tu corazón, tu espíritu, todo tu ser. Recita unas palabras de confianza y abandono. Pídele que te ayude a vivir tu abandono en Él, tu "SÍ"' a la nueva llamada que te hace para el día de mañana.

imagen:De El Greco - [2], Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=49773885


miércoles, 13 de septiembre de 2017

Consejos de Don Chaly para los maestros (5: Cuidado del salón de clase)



Recordando al Hermano Carlos Toral, un buen hermano y mejor amigo, quiero poner a disposición de toda una serie de consejos que solía repetir y compartir. Son una serie de consejos que surgen de la tradición marista sobre el trabajo escolar, que poco a poco fue recopilando. Espero que estos consejos ayuden a los maestros jóvenes a ser buenos educadores y a los maestros con años en la docencia a recordar aspectos a cuidar.




Cuidado del salón de clase.

1.       Antes de iniciar la clase todo debe estar en orden y en su lugar: pizarrón limpio, marcadores (gises), borradores.

2.       Al terminar el día, o tus clases, vuelve a dejar el salón en perfecto orden: todo nuevamente en su lugar.

3.       Acostumbra a tus alumnos a que dejen el salón de clase en orden y limpio.

Nota: El dibujo de la parte superior lo realizó hace algunos años el Hermano Igancio Ramírez. 

Si conoces más consejo y tips de tradición marista, especialmente sobre el cuidado de los espacios y salones de clases, no dudes en compartirlos en los comentarios. 

lunes, 11 de septiembre de 2017

La Familia Marista




El 12 de septiembre en la Iglesia se celebra una fiesta mariana, la fiesta del "Dulce Nombre de María". Y los maristas la hemos tomado por fiesta de la Familia Marista, puesto que llevamos su nombre. 
Hoy es un día para recordar que pertenecemos a una familia formada por la herencia de cuatro congregaciones religiosas:  Padres Maristas, Hermanos Maristas (o Hermanitos de María), Hermanas Maristas, Hermanas Misioneras de la Sociedad de María, además de muchos grupos de Laicos.
Los primeros maristas tomaban la imagen de un árbol de cuatro ramas. Cada una de las ramas maristas desarrolló su carácter propio, y la naturaleza y autonomía que adoptaron condujo a procesos separados en la respuesta a las diversas necesidades apostólicas y otros varios factores. Así que, actualmente, a pesar de que la familia religiosa marista tiene un origen común, cada una de las congregaciones tiene su propia y única historia:

Padres Maristas


Después de la promesa de Fourvière, en 1816, el recién ordenado Jean-Claude Colin fue nombrado párroco de Cerdon durante seis años. Durante este periodo, trabajó en el primer esquema de lo que se llama la “regla” de la congregación. El 29 de abril de 1836, tras ser aprobada la rama sacerdotal de la Sociedad, el P. Colin fue electo primer Superior General y se recibió como tierra de misión el Pacífico Occidental.

Durante los 18 años de su generalato, la Sociedad creció considerablemente. Fundó varias casas en Francia y envió muchos Maristas al campo de la misión en Oceanía. También dedicó mucho tiempo a escribir las Constituciones. Fue un momento de numerosos desafíos y grandes dificultades.

Los Padres Maristas buscan dar testimonio, al estilo de María, de la Iglesia de Jesucristo, una Iglesia humilde y servidora, que llega a todos, especialmente a los más abandonados. Ésta es su misión. Están en 37 países y su prioridad es anunciar el Evangelio a los jóvenes, especialmente aquellos con dificultades, y los no creyentes.

La autonomía de cada una de las ramas de la Sociedad de María aprobadas por Roma, les permitió desarrollar su propia espiritualidad con matices particulares como expresión del proyecto común: anunciar la salvación en Cristo para todos los hombres y todas las mujeres, bajo la protección y la mirada y el estilo de María.

En la espiritualidad de los Padres Maristas se destacan: la conciencia de ser gratuitamente elegidos y llamados por María; su vocación de ser apoyo para la Iglesia, como lo fue María; ser instrumentos de la misericordia divina en una forma discreta y; el deseo de hacer grandes cosas para Dios, pero de forma ignorada y como escondida en el mundo.

En la actualidad, la rama de los Padres Maristas está formada por más de 950 miembros, que viven en regiones administrativas llamadas Provincias y Distritos Misioneros.


Hermanas Maristas


Jeanne-María Chavoin nació en un pueblo francés llamado Coutouvre, al noroeste de Lyon, el 29 de agosto de 1786. Fue educada en la escuela del pueblo por sus padres y por un sacerdote a quien la familia Chavoin daba abrigo en aquel tiempo. Marie Jotillon, cuatro años más joven que ella, era su amiga íntima, con quien compartía semanalmente sus alegrías espirituales y las cuestiones de fe, compartiendo sobre la búsqueda de la voluntad de Dios en sus vidas.

Un día llegó una carta del P. Pierre Colin, quien había pasado cuatro años en Coutouvre y conocía a Jeanne-Marie. En la carta, les informó de que su hermano Jean-Claude estaba tratando de fundar una Sociedad en nombre de María y buscaba apoyo para la fundación de la rama femenina. Pierre la invitó a ir a Cerdon para servir como ama de llaves; ella lo pensó mucho y decidió intentarlo.

Fue a Cerdon en 1817, donde los hermanos Colin le compartieron muchas de sus ideas y planes, incentivándola a formar parte de su proyecto. Más tarde, en 1823 se estableció una nueva diócesis y el nuevo Obispo de Belley, Monseñor Devie, dio permiso para que la rama de la Sociedad de María comenzara, bajo la autoridad y dirección de los Padres Colin, párroco y vicario de la parroquia de Cerdon, llamada Congregación de las Hijas de María.

El 8 de diciembre de 1824, nueve jóvenes fueron recibidas en la Congregación de María y Jeanne-Marie fue elegida como su líder, recibiendo el nombre de Madre San José. Ellas se dedicaron a María, a quien consideraban como su Primera y Perpetua Superiora. Madre San José es la fundadora y el P. Jean-Claude Colin, que escribió su primera regla, se considera cofundador.

Con los años, la congregación continuó creciendo y se extendió a otras partes del mundo. Está presente en 15 países, con más de 400 Hermanas que trabajan en áreas de educación, trabajo social, salud, formación de agentes laicos en la Iglesia, y responden al llamado ahí donde las necesidades son mayores. Atienden a los demás, “como María”. Una presencia de María entre los Apóstoles que no dicta los contenidos o métodos utilizados para anunciar a Jesús, sino que inspira un espíritu de respeto para todos, de lo que el Espíritu hace en cada uno.


Hermanas Misioneras de la Sociedad de María


Las Hermanas Misioneras de la Sociedad de María (SMSM) no tienen un fundador o fundadora, sino un valiente grupo de 11 mujeres en los orígenes de su vocación, llamadas “pioneras”. Sin embargo, ninguna de ellas puede ser considerada la fundadora. Entre 1845 y 1860, el grupo dejó su tierra natal en Francia para ir a Oceanía, “extender el Reino de Jesucristo y dar a conocer a María hasta los confines de la tierra”. Cuando la Sociedad de María fue reconocida como congregación en 1836, asumió la responsabilidad de evangelizar las islas de Oceanía, junto con los grupos de Padres Maristas que salieron hacia el Pacífico, salio una mujer pertenecientes al laicado marista (Tercera Orden). Al subir a bordo de un buque mercante rumbo a las islas del Pacífico, Marie Francoise Perroton respondió al deseo de ser misionera, pertenecer a la Sociedad de María y abrazar la vida consagrada. Después de 12 años en Oceanía, otras mujeres llegaron de Francia. Esas Hermanas Pioneras, están en los orígenes de las Hermanas Misioneras de la Sociedad de María. Y aunque fueran Laicas, su deseo de ser misioneras, Maristas y religiosas consagradas nunca vaciló.

El 30 de diciembre de 1931, a ese grupo de la Sociedad de María le fue dado el nombre de Hermanas Misioneras de la Sociedad de María, reconocido como Instituto de Derecho Pontificio.

Abiertas a la misión universal de la Iglesia, responden a los llamados de la Iglesia, más allá del Pacífico: el Caribe, África, América Latina, Asia, Europa y Estados Unidos.

Con el lema “Para gloria de Dios y el honor de María” en comunidades internacionales, viven y oran juntas, para ser testigos de que el amor de Dios nos une. Su consagración se expresa a través de los tres votos: castidad, pobreza y obediencia.

Actualmente, las SMSM están comprometidas en el servicio misionero en 25 países y son más de 440 Hermanas de nacionalidades diferentes. Y se les envía a comunidades muy específicas. Consagradas a las misiones, ellas eligen ser el lazo de unión donde la violencia, la pobreza y el rechazo de los demás son el plato de cada día. A través de su entrega profesional o de beneficencia para los enfermos, las mujeres, los niños y los jóvenes, pero sobre todo por su vida cerca de las personas, ellas tratan de ser testigos de la ternura y la misericordia de Dios.


Hermanos Maristas o Hermanitos de María

Los Hermanos Maristas son hombres consagrados a Dios, que siguen a Jesús como María, viviendo en comunidad y dedicándose especialmente a la educación evangelizadora de niños y jóvenes, con especial atención a los más necesitados.

Para seguir profundizando puedes leer el artículo sobre el origen de la Sociedad de María

viernes, 1 de septiembre de 2017

Consejos de Don Charly (Parte 4: La salida de clases)



Recordando al Hermano Carlos Toral quiero poner a disposición de una serie de consejos que solía repetir y compartir. Son consejos que surgen de la tradición marista sobre el trabajo escolar, que poco a poco fue recopilando. Espero que estos consejos ayuden a los maestros jóvenes a ser buenos educadores y a los maestros con años en la docencia a recordar aspectos a cuidar.

**************************************


A la salida.

1. Tanto a la entrada como a la salida cultiva los buenos modales de tus alumnos.


2. Las filas deben avanzar en orden y silencio hasta que se dé la orden de romper filas. Si es el caso.

3. Pide a los alumnos que no griten ni hagan desorden cuando se les dé la señal de romper filas.


***********

Si conoces otros consejos de la tradición marista para la salida de clases, no dudes en compartirlos en los comentarios.