Mostrando entradas con la etiqueta Espiritualidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Espiritualidad. Mostrar todas las entradas

miércoles, 14 de marzo de 2018

Convertirnos en verdaderos Educadores Maristas.



Al conocer la realidad de nuestros colegios puede surgir la pregunta sobre si seguimos siendo fieles a los principios educativos que guiaron a Marcelino Champagnat y a los primeros hermanos. Familias completas que han pasado por los colegios desde los abuelos, padres e hijos que podrían plantear si los cambios educativos introducidos van en sintonía o no con la tradición de la escuela. Hermanos Maristas de edad que no ven reflejadas sus prácticas docentes en la praxis de hermanos más jóvenes. Nos abren a la pregunta si seguimos siendo verdaderos educadores maristas.

Buscar la respuesta en prácticas o ideas educativas posiblemente no sea la mejor respuesta, ya que la educación marista no tiene su origen en una filosofía educativa o en una teoría pedagógica, sino en una espiritualidad.

Es a través de la experiencia de Marcelino Champagnat y de los primeros hermanos que podemos comprender la esencia de la educación marista. Miles de maristas, laicos y hermanos, han continuado y continúan creándola. La esencia de la educación marista solo puede ser apreciada por personas que han sido tocadas e inspiradas por el movimiento marista, y que a través de él puedan encontrar su pasión por Dios y por los jóvenes.

La espiritualidad marista es un “carisma”, don del Espíritu Santo, que permite a las personas cristianas, formar Iglesia y llevar a cabo la misión en forma eficaz y atractiva. Otra forma de decirlo es un movimientos oportuno e inspirado que introduce una nueva forma de vida cristiana y de servicio.

La experiencia del amor de Dios realizada por Marcelino y las diferentes formas con las que respondió a este amor, lo que podríamos llamar su carisma personal, no sólo inspira a otros y les atrae para hacer lo mismo, sino que se está articulando y desarrollando por ellos de manera coherente y característica. Los primeros hermanos, al juntarse, se convirtieron en compañeros atraídos por la misión, y capaces de describir la forma en que su vida espiritual, comunitaria y apostólica se estaba llevando a cabo.

La espiritualidad marista procede en gran parte de una mezcla de tradiciones espirituales ya existentes. Marcelino se alimentó con naturalidad y profundad de lo que se describe a menudo como la “escuela francesa” de espiritualidad. Los textos bíblicos de san Juan y San Pablo inspiran su vida, frases y conceptos salesianos -me refiero a San Francisco de Sales, no a San Juan Bosco-, berulianos y sulpicianos, impregnan sus propios escritos y enseñanzas. Al igual que el discurso místico de la época, en particular el de María de Ágreda.

Sus discípulos no sólo habían sido inspirados por su carisma, sino que además lo habían aprendido de él. Hoy podría articularse y enseñarse íntegramente de la misma manera. A Marcelino más que disñar un sistema de espiritual le importaba vida espiritual de sus hermanos, y su manera de vivir en esta comunidad. Se esforzó por ayudar a los hermanos a “Amar a Dios, y hacer que sea conocido y amado, es el propósito de la vida de un hermano”.

Temas importantes de esta espiritualidad serán la “alegría”, el “espíritu de fe”, la “confianza en Dios”, la “presencia de Dios”, y “el amor de nuestro Señor”. Estos temas se asientan con claridad más en el campo de lo afectivo que en el dominio ascético, y se les prefiera sobre el “celo”, el “amor al trabajo”, la “pobreza” y la “mortificación”.

Cualquier estudio de la espiritualidad de Marcelino y de los primeros hermanos, que haga un seguimiento de su itinerario espiritual, lo primero que encontrará como destacado es el tema recurrente del amor. Es una espiritualidad centrada en el amor, fundada en un amor íntimo a Jesús y en una respuesta concreta mediante la acción apostólica y amorosa, y no tanto en la acción apostólica en sí misma. Los primeros educadores maristas eran hombres formados en este tipo de mística pragmática. La espiritualidad y la naturaleza de la tradición educativa, que se desarrolló a partir de ellos, tiene que ser entendida de la misma manera.

Sabemos pocos detalles de cómo los primeros hermanos se desenvolvían en la escuela, de los métodos que utilizaban, o de la forma en que los primeros hermanos “podrían haber sido marcados por los rasgos característicos de lo que hoy llamamos educación marista”, pero podemos estar seguros de que fue dirigida por alguien cuyo corazón había sido cautivado por Jesús, alguien que mantuvo una relación espiritual íntima con Jesús, y que irradiaba comportamientos sencillos pero convincentes.

“Las implicaciones son claras: la educación marista fue, de hecho, lo que los educadores maristas hicieron y cómo lo hicieron, pero la preocupación fundamental era quiénes fueron estos educadores maristas, cómo vivieron sus vidas, cómo atendieron, especialmente su fe, y cómo compartían la vida y misión con otros educadores maristas”. (Green 2014:18)

Hoy la situación es similar porque se pueden ver circunstancias que permiten aplicar las intuiciones originales de Marcelino. Al mismo tiempo es diferente porque la Iglesia se ha enriquecido con una visión de sí misma con sentido de comunión. La presencia de los hermanos es mínima en muchos lugares, sin embargo, muchas escuelas y comunidades universitarias están reclamando su herencia e identidad marista con autoridad cada vez mayor. Educadores maristas, que no son hermanos, se identifican cada vez con mayor firmeza y buscan corresponsabilidad en la empresa educativa marista.

Existen lugares en el Instituto, principalmente después de 1993, donde ha habido un movimiento global y estructurado para ofrecer oportunidades de formación maristas para los laicos, y para los hermanos y laicos juntos, para fomentar lo que llegó a ser interpretado como la vocación de vida de los laicos maristas.

Se ha buscado proporcionar medios para que estos laicos puedan unir en armonía las tres dimensiones elementales de cualquier vida cristiana: discipulado, comunidad y apostolado. Si la educación marista es lo que los educadores maristas hacen, es importante que la atención se centre en la formación, mantenimiento y asociación de educadores maristas. El resto es probable que, en gran medida, sea capaz de cuidarse por sí mismo.

El documento Agua de la roca, que habla de la espiritualidad marista, identifica seis características destacadas de la espiritualidad marista: (1) la presencia y amor de Dios, (2) la confianza en Dios, (3) el amor a Jesús y su Evangelio, (4) al estilo de María, (5) el espíritu de familia y (6) una espiritualidad de la sencillez.  Estos rasgos se viven como respuesta a la llamada de Dios al discipulado, en la vida compartida con otros maristas, y en la misión.

Siguiendo estos rasgos se puede responder a la pregunta sobre la fidelidad, sobre nuestro ser como educadores maristas. Un verdadero educador o educadora marista será alguien que sintonice con el camino marista en su dimensión espiritual, que encuentra allí un lenguaje, una metáfora del anhelo espiritual que le mueve, de la sensación y de la imagen de lo divino que le atrae, y donde resuene una manera de responder y concretar su pertenencia. Los maristas de Champagnat descubrimos que vibramos y vivimos con el ideal que guio a Marcelino Champagnat de “Amar a Dios y darlo a conocer y amar”. Queremos vivir y compartir su espiritualidad en comunidad. El resto es accesorio.


(Texto presentado inicialmente en la materia de La vitalidad del modelo educativo y la construcción de una nueva realidad, en Carisma y Principios Educativos Maristas, PUCPR, Junio de 2017; Foto: Propia, mural en la comunidad marista de Coronel Oviedo, Paraguay)


viernes, 15 de septiembre de 2017

Revisión de la Jornada a la manera de María

Hace tiempo publiqué un artículo sobre 5 hábitos espirituales maristas. (http://www.guillermovillarreal.mx/2017/01/habitos-espirituales-maristas.html) Ahí hablaba de la Revisión de la Jornada. Brevemente la describí como: "Repasando los acontecimientos de nuestra jornada, como los discípulos de Emaús. Podemos ver como Dios está presente en nuestro caminar. Nos abrimos a las invitaciones que Dios nos hace mediante las mociones de nuestra vida".

Hoy presentamos una de las maneras que utilizamos los hermanos Maristas para realizar la revisión de nuestra jornada.


*******

REVISIÓN DE LA JORNADA A LA MANERA DE MARÍA


a) Entra en tu habitación
b) Se le apareció un ángel
c) Llamada: Alégrate, María, el Señor está contigo
d) María se turbó mucho
e) Fruto: Concebirás y darás a luz... ¿Cómo puede ser esto?f) El Espíritu de Dios te cubrirá con su sombra
g) ¡Sí, Señor! Que se haga en mí lo que has dicho

En la evolución de la escena del anuncio del ángel a María se desarrollan los pasos de la revisión de la jornada. Siente que Ella está junto a ti y que se debate en tus mismas preguntas y experiencias.


a) Entra en tu habitación


Elige un momento para entrar en ti mismo. Recuerda que, aunque sea difícil rezar, es el Espíritu quien ora en ti. Olvida toda preocupación y sentimiento particular.


b) Se le apareció un ángel.


Dios está presente en toda tu jornada. Piensa en su fidelidad. Haz venir a tu espíritu los acontecimientos del día.
¿Ha habido momentos o lugares en los que has sentido especialmente la presencia de Dios? ¿Ha habido entre las personas con las que has convivido algún ángel que te ha desvelado la Palabra y el amor de Dios?


c) Llamada: Alégrate, María, el Señor está contigo


Dios te conoce como eres, te habla al corazón y te llama por tu nombre. Estás en el reino de la alegría porque él te ama infinitamente.
¿Cuáles han sido tus gozos en el día de hoy? ¿Y tus sufrimientos? ¿Has sentido alguna llamada especial de Dios a crecer?


d) María se turbó mucho

¿Cuál ha sido hoy tu sentimiento más profundo? ¿Has tratado de reprimir algún sentimiento?

Elige una palabra o imagen en que resumas tu día.

Y Dios ¿qué palabra elegiría para describir tu jornada? ¿Hay algo que te turba en la manera como Dios te invita a crecer? ¿Qué es lo que te da fuerzas?


e) Fruto: Concebirás y darás a luz... ¿Cómo puede ser esto?


Ahora que has reflexionado sobre tu jornada, sobre los acontecimientos, sobre las personas encontradas, sobre tus pensamientos y sentimientos: ¿cómo definirías tú la invitación que Dios te hace en este momento? ¿Qué te dice Dios de tu propia vida? Lo que te pide Dios, ¿está más claro para ti cada día?
¿Consideras su invitación como una llamada a un nuevo impulso, o como una llamada a morir, a abandonar una parte de ti mismo, o como una llamada a vivir un tiempo de gracia y plenitud?

Formula ante Dios tus preguntas y tus sentimientos ante la nueva vida a la que te invita.


f) El Espíritu de Dios te cubrirá con su sombra


Acuérdate de que Dios no sólo te llama, también te da la gracia para responder y orientar tu vida.
Pide a Dios que te bendiga y que te dé confianza; pide la ayuda de Jesús, de María, de Marcelino y de todos tus Hermanos. Dedica algunos minutos a la presencia de Dios y deja al Espíritu de Jesús que te llene con su fuerza.



g) ¡Sí, Señor! Que se haga en mí lo que has dicho

Este último momento de tu oración no ha de centrarse en tus propias fuerzas. Cultiva, más bien, una actitud como la de María y da un paso más hacia la donación total.
Pon de nuevo en Dios tu corazón, tu espíritu, todo tu ser. Recita unas palabras de confianza y abandono. Pídele que te ayude a vivir tu abandono en Él, tu "SÍ"' a la nueva llamada que te hace para el día de mañana.

imagen:De El Greco - [2], Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=49773885


martes, 1 de agosto de 2017

Encuentro de Red de Espiritualidad Marista



Del 5 al 10 de Julio, participé en el encuentro de la Red de Espiritualidad Apostólica Marista. El encuentro se desarrolló en la Quinta Soledad (Casa Provincial de la Provincia de México Central).  El lema del encuentro fue “espiritualidad para un nuevo comienzo”.

Como seguramente conocen, los encuentros de la Red de Espiritualidad Apostólica son organizados cada dos años por la subcomisión interamericana de Espiritualidad.


En este encuentro se trabajaron 4 vías para el encuentro con Dios. Según el trabajo reflexionado, podemos encontrarnos con Dios releyendo nuestra vida y nuestra historia. También podemos encontrarnos con Dios en la historia, en todo lo que nos rodea, en nuestras calles y entre nuestra gente. Otro lugar para encontrarnos con Dios es en la oración. Además, podemos encontrarnos con Dios al salir de nosotros mismos. 

Abajo les dejo el link al sitio de la red para quien quiera profundizar en este tema. 







viernes, 19 de mayo de 2017

Testamento Espiritual de Marcelino Champagnat



El 18 de mayo de 1840, Marcelino Champagnat hizo leer ante la comunidad de L’Hermitage su testamento espiritual. El original se encuentra en los archivos de los Padres Maristas. Es un texto de gran importancia para conocer la espiritualidad y misión marista. Marcelino realiza un compendio de sus enseñanzas y las expresa en un lenguaje lleno de afecto.

Para realizarlo, Marcelino, enfermo en cama, platica con el H. Luis María y con el H. Francisco, les dicta sus pensamientos y los hermanos los ponen por escrito. La escritura (grafía) pertenece al H. Francisco. Este testamento fue leído en presencia de la comunidad, en el cuarto del Fundador. Al terminar la lectura Marcelino agregó algunas ideas. Son los dos párrafos finales.

En algunas reproducciones estos últimos dos párrafos han sido colocados en un sitio más adecuado, por ejemplo, en el texto reproducido en las constituciones de los Hermanos.

El texto que aquí se reproduce esta tomado de los archivos de CEPAM y la traducción la realizó el Hermano Aureliano Brambila, lamentablemente actualmente no se encuentra disponible en línea.

_________________

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aquí, en presencia de Dios y bajo el amparo de la Santísima Virgen y de san José, resuelto a transmitir a todos los Hermanos de María la expresión de mis postreras y más encarecidas voluntades, reasumo todas mis energías para redactar mi testamento espiritual , según creo más conforme a la voluntad de Dios y al bien de la Sociedad.

Deseo que reine siempre entre los Hermanos de María una obediencia total y perfecta; que los súbditos, viendo en los superiores la persona de Jesucristo, los obedezcan de corazón y espíritu y renuncien siempre, si fuere necesario, a su voluntad y sus propios juicios. Recuerden que el religioso obediente cantará victoria y que la obediencia es, sobre todo, el cimiento y soporte de la comunidad. Animados de este espíritu, sométanse ciegamente los Hermanitos de María no sólo a los superiores mayores, sino a cuantos estarán encargados de dirigirlos y guiarlos. Penétrense bien de esta verdad de fe: el superior representa a Jesucristo y, cuando manda, debe ser obedecido como si mandara el mismo Cristo.

Les ruego también, muy queridos Hermanos, con todo el cariño de mi alma y por el que ustedes me profesan, que se comporten de tal modo que la caridad reine siempre entre ustedes. Ámense unos a otros como Cristo les ha amado. No haya entre ustedes sino un solo corazón y un mismo espíritu. Ojalá se pueda afirmar de los Hermanitos de María lo que se decía de los primeros cristianos: ¡Miren como se aman!... Es el deseo más vivo de mi corazón en estos últimos instantes de mi vida. Si, queridos Hermanos míos, escuchen las últimas palabras de su Padre, que son aquellas de nuestro amadísimo Salvador: “Ámense unos a otros”.

Deseo, queridísimos Hermanos míos, que esta caridad, que debe unirles a todos juntos como miembros de un mismo cuerpo, se extienda también a las demás congregaciones. ¡Ah! les ruego por la caridad sin límites de Jesucristo, que no envidien jamás a nadie, y menos aún a quienes el buen Dios llama al estado religioso para trabajar, como ustedes, en la educación de la juventud. Sean los primeros en alegrarse de sus éxitos y apenarse de sus desgracias. Encomiéndenlos a menudo al buen Dios y a la divina María. Denles con gusto la preferencia. Jamás presten oídos a los comentarios que pudieran perjudicarlos. Que la sola gloria de Dios y el honor de María sean su único fin y toda su ambición.

Del mismo modo que su voluntad debe coincidir con la de los Padres de la Sociedad de María en la obediencia a un Superior General único, es mi deseo que sus corazones y sentimientos se fusionen siempre en Jesús y María. Que sus intereses sean los de ellos; constituya un placer para ustedes volar en su ayuda siempre que se lo pidan. Que un mismo espíritu, un idéntico amor les unan a ellos como las ramas a un mismo tronco y como los hijos de una sola familia unidos a una buena Madre, la divina María. El Superior general de los Padres, siéndolo también de la rama de los Hermanos, ha de ser el centro de unión de unos y otros. Como sólo he tenido motivos de felicitarme por la sumisión y obediencia que siempre me han mostrado los Hermanos de María, deseo y espero que el Superior General encuentre siempre la misma obediencia y sumisión. Su espíritu es el mío, su voluntad la mía. Considero que esta perfecta armonía y esta sumisión total constituyen la base y soporte de la Sociedad de los Hermanos de María.

Pido también al buen Dios y deseo con todo el afecto de mi alma que perseveren fielmente en el santo ejercicio de la presencia de Dios, alma de la oración, de la meditación y de todas las virtudes. Que la humildad y la sencillez sean siempre la característica de los Hermanitos de María. Que una tierna y filial devoción a nuestra buena Madre les anime en todo tiempo y circunstancia. Háganla amar por todos cuanto les sea posible. Es ella quien es la primera Superiora de toda la Sociedad. A la devoción a María junten la devoción al glorioso san José, su dignísimo esposo. Ustedes saben que es uno de sus primeros patronos. Desempeñan el oficio de ángeles custodios junto a los niños que les están confiados: tributen también a estos espíritus puros un culto particular de amor, respeto y confianza.

Hermanos míos muy queridos: sean fieles a su vocación: ámenla y perseveren en ella con entereza. Manténganse en un gran espíritu de pobreza y desprendimiento. Que la observancia diaria de sus santas Reglas les preserve de faltar jamás al voto sagrado que les une a la más bella y delicada de las virtudes. Cuesta vivir como buen religioso, pero la gracia lo suaviza todo. Jesús y María les ayudarán; además la vida es muy breve y la eternidad no tendrá fin. ¡Ah! qué consolador resulta, cuando se va a comparecer delante de Dios, recordar que se ha vivido bajo el amparo de María y en su santa Sociedad. Dígnese esta buena Madre conservarles, multiplicarles y santificarles. Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunicación del Espíritu Santo estén siempre con ustedes. Los dejo a todos, confiadamente en los santos Corazones de Jesús y de María, hasta que tengamos la dicha de reunirnos juntos en la eterna bienaventuranza.

Esta es mi última y expresa voluntad, para gloria de Jesús y de María

El presente testamento espiritual será entregado al Padre Colin , Superior General de la Sociedad de María.

Hecho en Notre-Dame de l’Hermitage, el dieciocho de mayo de mil ochocientos cuarenta, en presencia de los testigos que firman abajo .

El Superior y Fundador de los Hermanitos de María,

José Benito Marcelino Champagnat, presbítero.



Suplico humildemente a quienes de alguna manera haya podido ofender o escandalizar, si bien no recuerdo haber disgustado a nadie voluntariamente, que tengan a bien perdonarme por la caridad infinita de Nuestro Señor Jesucristo, y unir sus plegarias a las mías para alcanzar del buen Dios que se digne olvidar los pecados de mi vida pasada y acoger mi alma en su infinita misericordia.

Muero lleno de respeto, gratitud y sumisión al Superior General de la Sociedad de María y animado por los sentimientos de la unión más perfecta con todos los miembros que la componen, especialmente con los Hermanos que el buen Dios hubo confiado a mis desvelos y que siempre han sido tan queridos a mi corazón.

CHAMPAGNAT.



H. Francisco , H. Luis María , H. Juan María , H. Luis , H. Estanislao , H. Buenaventura.




_____________________________

Existe un canto del grupo Kairoi que se basa en el Testamento Espiritual de Marcelino.





Imagen tomada de: http://www.champagnat.org/410.php?a=10c&cat=5Fines_LA#

lunes, 27 de marzo de 2017

Lugares de Encuentro.

Lugares de Encuentro.

Nuestra espiritualidad nos lleva a encontrar a Dios en todas las cosas y en todos los aspectos de la vida. La oración es uno de los medios para profundizar en nuestra experiencia. No reemplazamos la oración por el trabajo. Escuchar a Dios nos impulsa a seguir trabajando por el Reino. Nuestra oración proviene de la vida y nos devuelve a la vida. (Agua de la Roca #76)

Un punto tradicional de la Espiritualidad Marista es el encontrar a Dios en todas las cosas. El poder mantener la presencia de Dios y descubrir que me ama.
En las Enseñanzas Espirituales de Marcelino se habla de los heraldos del amor de Dios. Lugares, Situaciones u Objetos que le recordaban a Marcelino el Amor de Dios. La lista que proponía Marcelino era:
·         la santísima Virgen
·         la cruz
·         el campanario

Marcelino veía las Imágenes de María, la cruz y el campanario y le recordaba el amor que Dios nos tiene. En nuestra vida, seguramente hay algo que nos recuerda el amor que Dios nos tiene. 

lunes, 20 de marzo de 2017

"Un solo corazón y un mismo espíritu"


En los textos que nos deja Marcelino en varias ocasiones aparece la expresión: “Un solo corazón y un mismo espíritu”. Por ejemplo, aparece en varias cartas, como la 268 y, aparece en el testamento espiritual: “…Amaos unos a otros como Cristo os ha amado. No haya entre vosotros sino un solo corazón y un mismo espíritu. ¡Ojalá se pueda afirmar de los Hermanitos de María lo que se decía de los primeros cristianos: «Mirad cómo se aman…»!...”

Esta frase no es exclusiva de Marcelino, por ejemplo, tenemos testimonios que el P. Colin, fundador de los Padres Maristas, también la utilizaba.

La frase aparece también en otras tres cartas de Marcelino, las tres corresponden a un mismo contexto, cuando invita a los hermanos a retiro. En la carta 062 (Circular a los Hermanos del 24 de agosto de 1835) “Vengan a descansar y a reparar sus fuerzas en un lugar de paz, de silencio y de recogimiento con las mismas disposiciones que tenían los Apóstoles en el Cenáculo y como la multitud de los primeros cristianos que no tenían más que un corazón y un alma; nos esforzaremos en reflejar en nuestra conducta las virtudes de las que nos han dado tan bellos ejemplos.”

De igual manera aparece en la circular numerada como carta 123 del 12 de agosto de 1837: “[Ciertamente] es muy dulce el consuelo de tenerlos a todos reunidos aquí, formando un solo corazón y un solo espíritu, no constituyendo sino una sola familia, no buscando sino la gloria de Dios y los intereses de la Religión, combatiendo todos bajo el mismo estandarte: el de nuestra augusta [Reina] María.”

De otra manera parece en la circular de convocatoria al retiro del 9 de agosto de 1839, Carta 233. “Ahí, unidos en espíritu y corazón, saborearemos los frutos deliciosos que Dios ha prometido por su profeta (Salmo 131) a los hermanos que viven unidos.”

Así podemos saber que la frase se dirige principalmente a los hermanos, la insistencia de encontrarla tanto en el testamento espiritual como en las cartas marca su importancia. Solamente una vez en las cartas aparece dirigida a otra persona, al obispo de Autun, Benigno Du Trousset D’Hericourt, quien le solicita la fundación de un noviciado en su diócesis. (Carta 268)

De dónde conoce Marcelino esta expresión que se va a convertir en su idea de fraternidad, investigando un poco se ven tres posibilidades: La biblia, la influencia de San Juan Bautista de la Salle o los grupos de piedad del seminario de Lyon.

La primera posibilidad es que Marcelino la toma directamente del texto de los Hechos de los Apóstoles que al describir las primeras comunidades cristianas usa esta expresión: “La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos.” (Hechos 4, 32).

Una segunda posibilidad es una influencia de San Juan Bautista de la Salle. Marcelino a lo largo de la fundación de los hermanos tomará elementos pedagógicos de tradición laSallista. Recordemos que ofrecerá como lectura el método lasallista (La Conduite) y en La Valla contratará a un maestro que aprendió el método de estos hermanos para enseñarlo a sus hermanitos. Manuel Mesonero (2003:177)[1] exploró esta posibilidad y encontró un paralelismo ente el texto del Sr. De La Salle y el texto de Marcelino.

Texto de la SALLE            
“… volver a revivir los sentimientos de los primeros cristianos que no tenían más que un solo corazón y un alma sola.” SALLE. M. 113.
Texto de M. CHAMPAGNAT.
“…y como la multitud de los primeros cristianos no tenían más que un solo corazón y un alma sola, nos esforzaremos en...” CHAMPAGNAT. LPC. 62

Una tercera posibilidad, es que Marcelino conociera esta expresión de los grupos piadosos que se desarrollaban en el Seminario Mayor de Lyon en la época de sus estudios. Esta posibilidad la explora el Hno. Lanfrey (S/F). [2] Según él, es muy probable que varias de las fórmulas utilizadas por Marcelino como “la mayor gloria de Dios y el honor de María”, “los Sagrados Corazones de Jesús y de María” y también “un solo corazón y un mismo espíritu”, provengan de los grupos de seminaristas denominados “Asambleas de Amigos” (AA). Lanfrey los define como “La AA es una santa y secreta congregación compuesta por personas selectas, que, unidas por los lazos de una admirable caridad y consagrados especialmente al servicio de Jesús y de María, bajo la protección de san José y de los ángeles custodios no olvidan nada para animarse en la piedad y luego llevar a ella a los demás”. Parece ser que esta organización tuvo su origen en los seminarios Jesuitas y luego pasó a los seminarios sulpicianos como el de Lyon. Según se cree la expresión Cor unum et anima una (Un solo corazón y una sola alma) era la forma de identificarse de esta sociedad. Según el hno. Lanfrey cabe la posibilidad de que Juan Cholleton, formador del seminario en tiempos de Marcelino y director del grupo marista primitivo formara parte de una AA en el seminario San Ireneo antes de 1809 y de otra en San Sulpicio entre 1809 y 1811. De aquí pasaría la divisa a los primeros maristas.

Esta última afirmación, abre otra posibilidad, como ya se dijo Marcelino solamente utiliza la expresión “un solo corazón…” en las circulares a los hermanos y en una carta dirigida al Obispo Du Trousset, ¿Será que los maristas tenían lazos con los Amigos del Cordón y el Obispo Du Trousset pertenecía también a esta sociedad?

Pero, dejemos de lado las especulaciones. Más importante que el origen de la expresión es su significado. ¿Qué pensaba Marcelino cuándo utiliza la expresión “Un solo corazón y una sola alma”?

Ciertamente era un texto que movía el corazón de Marcelino y seguramente lo llevaba a encarnar lo que hoy conocemos como espíritu de familia. El texto desde su origen bíblico habla de la unión total de la comunidad. Nuevamente Mesonero (2003: 134) puede darnos una idea, para él la expresión habla del compartir y poner todo en común y cita algunos datos de los primeros hermanos quienes, por ejemplo, no tienen habitaciones particulares y sus posesiones personales se reducen a lo más imprescindible.

Otra posible interpretación, complementaria y no opuesta a la anterior nos la puede dar el Hno. Juan Bautista Furet en la biografía de los primeros hermanos, concretamente en la biografía del Hermano Luis[3], cuando habla de su época como maestro de novicios menciona: “Nunca en el noviciado hubo tal fervor ni tal fidelidad a todos los ejercicios espirituales; la caridad, la unión, la paz y concordia eran entonces tan perfectas, que todos los postulantes no tenían sino un solo corazón y una sola alma.” Aquí encontramos dos aspectos, la fidelidad a los ejercicios de piedad, una sola alma representaría el exacto cumplimiento de los ejercicios, es decir el compañerismo que brota del amor a Dios y que se transforma en el cumplimiento de los que se ha interpretado como voluntad de Dios y; un solo corazón representaría la fraternidad que surge de la paz y la concordia vividas por la caridad.

El Hermano Furet, en el libro de Enseñanzas Espirituales (Capítulo XXVI)[4] profundiza en este sentido de fraternidad, y comenta la frase de Un solo corazón y una sola alma expresando: “El amor que el padre Champagnat deseaba que se profesasen mutuamente los hermanos, ha de ser efectivo. Pedía, para ello, que se le hiciese consistir especialmente en cuatro cosas:

1. Prestarse mutuos servicios en cualquier ocasión.

2. Avisarse caritativamente de los defectos e infracciones de la regla.

3. Soportarse mutua y caritativamente.

4. Buscar excusa para los defectos de los demás.”

Así, la expresión que varias veces toma Marcelino de “Un solo corazón y un mismo espíritu”, y que es mencionada en el Testamento Espiritual, representa el ideal de la comunidad marista, reflejo de la primera comunidad cristiana, que es alimentada por la fidelidad a la oración y por la caridad fraterna. Ojalá que hoy los maristas, laicos y hermanos avancemos por el camino de la fraternidad al estilo de los primeros hermanos.


[1] Mesonero, Manuel (2003). Espiritualidad de San Marcelino Champagnat. Consultado en internet: https://sites.google.com/site/cepamespiritualidadmarista/libros-sobre-patrimonio/BBB42102CH4200060.doc consultado en febrero de 2017
[2] Lanfrey, André (S/F) Ensayo sobre los orígenes de la espiritualidad. Consultado en internet: http://www.cepam.umch.edu.pe/Archivum/Archivum01/BBB45120090420080.doc consultado en febrero de 2017
[3] Cita tomada de la biografía del hermano Luis en la web de CEPAM: https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxjZXBhbWVzcGlyaXR1YWxpZGFkbWFyaXN0YXxneDo3YzdjNzUxZmFkZjc1NmEy consultada en febrero de 2017
[4] Furet, Juan Bautista (S/F) Enseñanzas Espirituales: En internet: https://sites.google.com/site/cepamespiritualidadmarista/libros-sobre-patrimonio/Ense%C3%B1anzas%20Espirituales.doc consultado en febrero de 2017

Foto: BarbaraBonanno, tomada de https://pixabay.com/es/cuota-uno-para-todos-y-todos-para-uno-1411235/ 

lunes, 6 de marzo de 2017

La presencia de Dios según San Marcelino


Foto: https://pixabay.com/es/luz-círculo-presencia-106764/


La espiritualidad marista ha utilizado diversos caminos para acercarnos a Dios, uno de los principales y que data de tiempos de Marcelino es la presencia de Dios.

Si revisamos las cartas que escribió Marcelino, encontramos dos donde es explícitamente mencionada, las cartas: PS244 y PS247. Estas cartas son cartas de dirección espiritual entre Marcelino y los hermanos en ellas leemos: “Camine todos los días de su vida en la santa presencia de Dios.” (PS244) y

“Otro buen medio para adquirir las virtudes religiosas es, como usted bien sabe, mi querido amigo, la práctica de la santa presencia de Dios, recomendada por todos los maestros de la vida espiritual. Aunque para las personas del mundo no sea más que de consejo, para los religiosos es un mandato. Ejercítese, pues, en ella durante el resto de la cuaresma.” (PS247)


No solo estos testimonios, sino su mención en el Testamento Espiritual, en las reglas y en la biografía nos hacen ver su importancia. Es más, en las constituciones actuales de los Hermanos Maristas aparece cuando menos en cuatro ocasiones:

“…A ejemplo del Fundador, vivimos en presencia de Dios y sacamos nuestro dinamismo del misterio de Belén, de la Cruz y del Altar. El éxito de nuestro trabajo lo esperamos sólo de Dios, persuadidos de que, si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los constructores.” (Art 7)

“El Padre Champagnat, por el ejercicio de la presencia de Dios, llegó a vivir en oración continua, aun en medio de las ocupaciones más absorbentes. Recurría sin cesar a Dios. Nunca, decía, me atrevería a emprender nada sin antes habérselo encomendado a Dios mucho tiempo. Al celebrar la Eucaristía y en las frecuentes visitas al Santísimo Sacramento, su fe profunda le hacía casi sensible la presencia de Jesús. Se dirigía a María con la confianza de un niño…” (Art. 68)

“… Seguros de la ternura del Padre, perseveramos en la meditación con fe y entereza, a pesar de las dificultades que podamos encontrar en ella, le dedicamos diariamente media hora, por lo menos, y la prolongamos durante el día por el ejercicio de la presencia de Dios”. (Art 71)

“La oración es para nosotros una necesidad absoluta. No se limita a los ejercicios de piedad, ni se identifica con el trabajo apostólico: es presencia y comunión con Dios, que se hace más cercano cuando atendemos a los demás. Poco a poco unifica nuestra vida y llega a convertirse en oración continua, que penetra nuestra acción y se hace perceptible en nuestro rededor…” (Art. 77)

En el Testamento Espiritual se nos invita a perseverar en el ejercicio de la presencia de Dios. “Pido también al Señor y deseo con toda mi alma, que perseveréis fielmente en el santo ejercicio de la presencia de Dios, alma de la oración, de la meditación y de todas las virtudes.”

Esta preferencia por la presencia de Dios se expresa en la regla de 1837:

A las cuatro y media la meditación que debe hacerse siempre en comunidad como en la Casa-Madre. El tema será leído desde la víspera con el fin de pensar en él durante los intervalos del sueño, para preparase bien y no tentar al Señor. En la mañana no se leerá públicamente dicho tema, sino que cada quien es libre de revisarlo en particular o de tomar otro, según su gusto aprobado por el Director. No se contenten con esta media hora de meditación; traten de continuarla en las diferentes acciones del día por el recuerdo de la Presencia de Dios y la práctica de oraciones jaculatorias. (REGLA 1837, 02, 02)

De forma más explícita se explica en la regla de la casa madre:

[RCM37, 01, 29, 01]: Los hermanos procurarán conservar el recuerdo habitual de la presencia de Dios por la práctica del recogimiento y la modestia, proponiéndose por modelos Jesús, María y los santos.

[RCM37, 02, 32, 01]: Se aprenderá con cuidado las reglas que se han de seguir en la meditación para dedicarse útil y fácilmente en este santo ejercicio que es tan necesario en la santificación. He aquí un resumen. Para estar siempre dispuesto a hacer bien la meditación es preciso conservarse en la presencia de Dios, mortificar sus pasiones y sus sentidos, con el fin de que el espíritu esté siempre dispuesto a unirse a Dios, conservándose cerca de él; de otra manera se tendrá gran dificultad y se perderá mucho tiempo cuando se intente recogerse para meditar. Los Padres Espirituales llaman a esta continua presencia de Dios la preparación remota de la meditación.

[RCM37, 02, 32, 02]: La meditación tiene tres partes: la preparación, la meditación propiamente dicha y la conclusión. En la preparación hay que hacer tres cosas: 1º ponerse en la presencia de Dios, 2º implorar su auxilio y sus luces, 3º proponerse el sujeto sobre el se va a meditar.

Según Mesonero (2012): La presencia de Dios puede entenderse de dos modos diferentes, pero no incompatibles. De hecho, una precede a la otra en la evolución de la fe. Una cosa es meterse en la presencia de Dios a través del ejercicio de recordarle, y otra es la unión con Dios, donde el creyente vive en la presencia continua de Dios. Marcelino vivió las dos formas.

Para fomentar el primer modo, Marcelino empleaba el recuerdo de Dios al comenzar la oración. Y durante el día, las jaculatorias, la oración de la hora permiten recordarle. Es un ejercicio ascético.

Siguiendo a Mesonero (2012), la segunda manera de entender presencia de Dios no está desarrollada por los primeros biógrafos de Marcelino. Aunque la vivió, es la unión con Dios, es una etapa mística. Aquí no se puede entrar en la presencia de Dios porque la persona no sale de ella. Prueba que Marcelino vivía en esta presencia de Dios son los garabatos que se encuentran en algunos escritos como cartas y cuadernos y la facilidad que tiene para percibirle en su vida diaria.

Un ejemplo hacia el final de su vida es cuando escribe al hermano Francisco (carta PS175) donde le expresa:

“¿Cuándo saldré de París? No sé nada, cuando Dios quiera. Si es para gloria de Dios que yo muera en París, que se haga su santa voluntad y no la mía. Estoy siempre decidido a ver el fin de este asunto. El Sr. Chanut se va; heme aquí solo soñando. Qué digo, jamás se está solo cuando se está con Dios.”

Marcelino no se siente solo, porque está de continuo en su presencia, por eso afirma ¡Qué digo! Jamás estoy solo puesto que estoy siempre con Dios. ¿Cómo crecer en la presencia de Dios? Para poder decir esta última frase con Marcelino.

El biógrafo de Marcelino menciona[1] que en el tema de presencia de Dios se inspira en San Francisco de Sales. En su libro de Introducción a la Vida Devota, San Francisco menciona 4 medios para recordar la presencia de Dios antes de iniciar una oración:

1) Pensar que Dios está en todas partes, y que no hay lugar ni cosa en este mundo donde no esté con su real presencia; de manera que, así como los pájaros, por dondequiera que vuelan, siempre encuentran aire, así también nosotros, dondequiera que estemos o vayamos, siempre encontramos a Dios.

2) Pensar que no solamente Dios está presente en el lugar donde te encuentras, sino que está muy particularmente en tu corazón y en el fondo de tu espíritu, al cual vivifica y anima con su presencia.

3) Considerar que nuestro Salvador, en su humanidad, mira desde el cielo todas las personas del mundo, especialmente los cristianos que son sus hijos, y todavía de un modo más particular, a los que están en oración, cuyas acciones y movimientos contempla.

4) Servirse de la imaginación, representándonos al Salvador, en su humanidad sagrada, como si estuviese junto a nosotros, tal como solemos representarnos nuestros amigos, cuando decimos: me parece que estoy viendo a tal persona, que hace esto y aquello; diría que la veo, y así por el estilo.

Más tarde, San Francisco de Sales, indicará como instrucción al día de retiro.

“Pon, cuantas veces puedas, durante el día, tu espíritu en la presencia de Dios, por alguna de las cuatro maneras más arriba indicadas; considera lo que hace Dios y lo que haces tú, y verás cómo sus ojos te miran y están perpetuamente fijos en ti, con un amor incomparable. ¡Oh Dios!, dirás, ¿por qué no te miro yo siempre como Tú me miras a mí? ¿Por qué piensas en mí con tanta frecuencia, y yo pienso tan poco en Ti? ¿Dónde estamos, alma mía? Nuestra verdadera morada es Dios, y ¿dónde nos encontramos?” (Segunda Parte, capítulo XII)

La presencia de Dios también se encuentra presente en la espiritualidad de otros fundadores por ejemplo Chaminade. El fundador de los Marianistas, propone la Presencia de Dios como el segundo paso en su camino a la santidad o método de las virtudes. Para él, primero hay que avanzar en el silencio y luego en el recogimiento. Los silencios que propone son 5: El silencio de Palabras (ser dueños de nuestra lengua); El silencio de Signos o de Gestos (ser dueños de nuestras emociones); El silencio de la mente (la atención); El silencio de pasiones y el silencio de la imaginación. A continuación, propone el recogimiento dando dos definiciones: (1) El recogimiento propiamente dicho que consiste en reunir todas las facultades del alma para emplearlas en hacer bien todas las acciones y (2) el recogimiento religioso que consiste en hacer bien todas las acciones, pero al mismo tiempo conservar la presencia de Dios.

San Ignacio de Loyola, no menciona la presencia de Dios de forma mística en sus ejercicios, pero en la última contemplación de los ejercicios, conocida como la contemplación para alcanzar Amor, propone el contemplar a Dios actuando en el mundo, de forma similar a la Presencia de Dios de San Francisco de Sales. San Ignacio propone traer a la memoria todos los beneficios recibidos de creación, redención y dones particulares, mirando con mucho afecto todo lo que Dios ha realizado por mí. Luego mirar cómo Dios habita en las criaturas, en los elementos dando ser, en las plantas vegetando, en los animales “sensando”, en los hombres dando entender; y así en cada uno de nosotros dándome ser, animando, sensando, y haciéndome entender; asimismo haciendo templo de mí al crearme a imagen y semejanza suya. A continuación, considerar cómo Dios trabaja y labora por mí en todas cosas creadas y, finalmente, mirar cómo todos los bienes y dones descienden de arriba.


El Hermano Juan Jesús Moral Barrio (2015) en su libro: Mística y profecía de los primeros hermanos menciona que el mejor texto marista sobre la presencia de Dios se encuentra en uno de los cuadernos del Hermano Francisco, el sucesor de Marcelino. En dicho texto, el Hermano Francisco[2] analiza su obligación, utilidad y práctica.

Con respecto a la práctica de la Presencia de Dios, el Hno. Francisco indica que se necesita evitar cuidadosamente todo lo que podría ser un obstáculo a la presencia de Dios; y la fidelidad a los medios para adquirirla.

Como obstáculos a la presencia de Dios menciona: (1) El orgullo entendido como amor desordenado de nosotros mismos y nuestros propios intereses, y el apego a las criaturas. (2) La dispersión y falta de dominio de la mente, el corazón y los sentidos, como las ganas de hablar sin necesidad, la curiosidad de saber lo que no nos concierne, y para juzgar las acciones de los demás. (3). Por último, el conflicto en los negocios, donde nuestro deber y la caridad no son compatibles.

Como medios para adquirir la presencia de Dios menciona: (1) la pureza del corazón. (2). La oración: pedir todos los días esto gracias a Dios, levantar la mente y el corazón a Dios frecuentemente. (3) El silencio y el recogimiento: evitar hablar innecesariamente. (4) Búsqueda y realización de la voluntad de Dios buscando a Dios en todo y siempre ofreciendo a fin. (5) La contemplación de Dios en todas las criaturas, considerándolos como la imagen de Dios, como espejos que nos representan las perfecciones de Dios.

Considero que es importante en nuestra vida espiritual, no solamente como maristas, sino como cristianos el descubrir la presencia de Dios en todo momento. El camino de pasar de una presencia de Dios ascética a una presencia de Dios desde la mística pasa por la oración profunda, es un Dios que concede a los suyos, se adquiere por los momentos pasados con él en la oración. En esta experiencia vamos aprendiendo que somos la presencia de Dios en el mundo y que nuestra vocación es manifestar la presencia de Dios. Así nuestra vida se transforma en lo que Etty Hillesum, interpreto como llegar a vivir un "diálogo ininterrumpido contigo, Dios mío".





[1] En el capítulo V de la Segunda parte de la Biografía del Hno. Furet.
[2] Texto del Hermano Francisco, en el Archivo Digital de CEPAM: Cuaderno 308, en documentos maristas v2.

lunes, 27 de febrero de 2017

Cuaresma, tiempo para contemplar la cruz.



Estamos por inciar la cuaresma. Un tiempo fuerte en la Iglesia. Al iniciar este tiempo quiero recordar una historia de la vida de San Marcelino. Según cuenta el libro de Avisos, Lecciones y Sentencias, un día Marcelino comentaba con algunos hermanos el pasaje donde la madre de San Juan le pide a Jesús los primeros puestos para sus hijos, expresó que él quería para los maristas tres primeros puestos, ser los primeros en Belén, en la Cruz y el Altar. El tiempo de cuaresma me parece propicio para la contemplación de la Cruz. 

En varias cartas del Padre Champagnat se encuentran citas sobre la contemplación de la Cruz o de la Pasión del Señor. Por ejemplo, en la carta PS219 dirigida al Sr. Blas Aurran:

“Estoy encantado de poder ofrecerle un pequeño testimonio de mi agradecimiento enviándole las meditaciones sobre la dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo por Sor Ana Catalina Emerich. Haré depositar esta pequeña obra en casa del Sr. Boui, superior del Gran Seminario de Aix.”.

Por su otra parte en las cartas a los hermanos, escribe al H. Avit (PS247): “El pensamiento de la muerte y de la pasión de Jesucristo es un excelente medio para rechazar todo pensamiento ajeno y contrario a la amable virtud.” O en la carta PS259: “Dígale pues a María que el honor de su Sociedad exige que le conserve casto como un ángel. El medio que usted toma pensando en la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo...”.

¿Qué significaba para Marcelino el primer puesto en la cruz? Una pista la tenemos en el capítulo VI de Lecciones, Avisos y Sentencias: “Los hermanitos de María .... Tienen que amar la cruz, el sufrimiento y la mortificación, pues la práctica de esos ejercicios da el primer puesto en el Calvario.” Parece que nos encontramos frente a un texto de ascesis, en las cartas se ve la contemplación de la pasión de Jesús como un medio para alejarse del pecado. En las lecciones y sentencias habla de sufrimiento y mortificación, que son propiamente medios de un camino de purificación.

En esta línea se encuentran los testimonios de los Hermanos Juan Bautista, Avit y Silvestre que hablan sobre la manera en que Marcelino, durante la cuaresma, tomaba como tema de meditación la pasión del Señor: “10. Los viernes ayunaré en recuerdo de la pasión y muerte de nuestro Redentor” (Furet: Capítulo 3 de la primera parte). “Durante la cuaresma se esforzaba por instruirnos y estimularnos al amor de Nuestro Señor, lo mismo que al horror del pecado mortal, que ha sido la causa de sus sufrimientos y de su muerte” (F. AIDANT, SUMMARIUM, PRIMA POSITIO, 1910. SUMM 291),

Durante toda la cuaresma el tema de las meditaciones era tomado de la Pasión de Nuestro Señor. El buen Padre exigía un perfecto silencio y un aumento de fervor, durante la semana santa, sobre todo el viernes santo. Pedía que se cantara el oficio de Tinieblas, y como los Hermanos tenían por lo general, pocas cualidades, el peso del canto recaía sobre él.” (Avit, 086)

Marcelino aprende, al contemplar el calvario, el amor de Dios. No se queda solamente en la contemplación de la Pasión como ejercicio ascético, con el tiempo pasa a ser un ejercicio místico. Un ejercicio que lo acerca a Dios y lo une, por el amor a Dios.

En el mismo capítulo VI de Lecciones, avisos y sentencias (antes citado), aparece un texto que nos indica que lo más significativo al contemplar la Pasión de Jesús es encontrar el amor que Dios nos tiene:
“Encontraréis allí, sobre todo, el amor de Jesús, la más valiosa de todas las gracias. Dios es caridad, dice san Juan (1 Jn 4, 16). Sí, Dios es caridad en todas partes, pero singularmente en la cuna, la cruz y el altar, tres lugares donde se manifiesta su amor infinito; en esos tres lugares, sobre todo, enciende en su divino amor el corazón de los santos; en esos tres lugares nos hace ver cuánto nos ama.”

Este amor se transforma en Redención en la cruz, este será un tema recurrente: Por ejemplo, en la Biografía del Hno. Furet, en el capítulo XXI que narra la muerte del P. Champagnat, se menciona como comentario a la última eucaristía que celebró:
“El tres de mayo celebró la santa misa por última vez. Después de la acción de gracias dijo: Acabo de celebrar la última misa, y me alegra que haya sido la de la santa Cruz: por esta santa Cruz nos vino la salvación, y en ella murió nuestro divino Salvador” (Capítulo XXI de la primera parte).

Al contemplar la Pasión la ve no solamente como obra del Hijo, la redención se torna una obra trinitaria:
“Lo mismo ocurre con la redención: El Padre amó tanto al mundo, que no paró hasta dar a su Hijo unigénito (Jn 3,16) para salvarlo; el Hijo, a imitación del Padre, ama tanto a los hombres, que entrega la vida para rescatarlos; el Espíritu Santo coopera en este ministerio divino, pues por su obra se realiza el misterio de la encarnación, // y él es quien, al descender sobre los apóstoles para completar la obra de la redención, santifica las almas y les aplica los méritos de la pasión de Jesucristo.” (Avisos, Lecciones y Sentencias, Capítulo: XXXVIII).

Por la oración, la vida del Marista se vuelve participación de la vida de Jesús, incluida su pasión. Así pondrá la cruz en una de las primeras explicaciones sobre la finalidad del Instituto:
“Los Hermanos, al ingresar en este Instituto, pretenden, en primer lugar, salvar su alma y hacerse dignos de la inmensa gloria que Dios les promete y Jesucristo les ha merecido por su sangre y muerte en la cruz.” (Furet: Capítulo XII de la primera parte).

La pasión de Jesús vuelva a aparecer cuando habla del tema de los Maristas como apóstoles en medio de los jóvenes:
“Jesucristo rescató las almas por la cruz y el sufrimiento. ¡Y nosotros queremos trabajar en su salvación en medio de placeres y satisfacciones de la naturaleza! Con tales sentimientos ¿qué extraño que no logremos ningún bien, que nuestro ministerio resulte estéril?” (Furet, Capítulo XX, segunda parte)

De igual manera a los directores, les recuerda: “los trabajos que le costó la redención a Jesús” y les decía:
“3. Porque la dirección de las almas y la santificación de los niños son fruto de la cruz, y sólo por la cruz se pueden conseguir. El cargo de Director exige, pues, necesariamente religiosos crucificados, es decir, hombres abnegados, sacrificados, mortificados; hombres que conozcan el misterio de la cruz. Ahora bien, conocer el misterio de la cruz exige estar profundamente persuadido de que las obras de Dios llevan este sello sagrado; supone considerar la cruz como prenda de éxito e instrumento eficaz para aceptar en el oficio de catequista y en la dirección de los Hermanos. (Furet, Capítulo XVII, segunda parte)

La contemplación de la cruz no es solo para los hermanos, también la propone para los alumnos de los colegios:
“Dar a conocer a Jesucristo, hacer amar a Jesucristo -repetía continuamente- es el fin de vuestra vocación, el fin del Instituto. Si no trabajáramos en ello, nuestra congregación sería inútil, y Dios le retiraría su ayuda. Insistid, pues, en los misterios y la vida de Nuestro Señor; hablad a menudo a los niños de sus virtudes y sufrimientos, del amor que les ha manifestado al morir en la cruz y de los tesoros de gracia que les ha dejado en los sacramentos. La ciencia de la religión consiste únicamente en conocer a Jesucristo, que es la vida eterna; los santos en el cielo no tienen otra ocupación que conocer, contemplar y amar a Jesucristo; ésa es su bienaventuranza. (Furet, Capítulo VII, segunda parte).

Igual en la Carta al Hno. Bartolomé le dice:
No cesen de decir a sus niños que son los amigos de los santos que están en el cielo, de la Sma. Virgen, y en particular, de Jesucristo, a quien sus jóvenes corazones atraen y lo vuelven celoso; que con grandísima pena ve al demonio apoderarse de ellos; que estaría dispuesto, si fuera necesario, a morir de nuevo en la cruz, en el mismo St. Symphorien. ¡Pobres niños! Agreguen que, "Dios los ama", y que, "yo los amo también, ya que Jesucristo, la Sma. Virgen y los Santos los aman tanto". "Saben", díganles también, "¿por qué Dios los ama tanto? Pues porque son el precio de su sangre y que pueden llegar a ser grandes santos, si así lo quisieran ardientemente.” (PS024)

Por supuesto, al contemplar la Pasión no se puede olvidar de María. María que colabora en la obra de Redención y María que estaba de pie junto a la Cruz. En la cruz Jesús nos da a María por Madre:
"Hermanos, les dijo un día, la salvación nos viene por María. De Ella nació Jesús; por medio de Ella El bajó del cielo, para salvar a los hombres; Por su mediación e intercesión, obtuvo la primera aplicación de sus méritos en la santificación de San Juan Bautista. Por sus súplicas, hizo Jesús su primer milagro; a Ella, desde lo alto de la cruz, le confió a todos los hombres, en la persona del discípulo amado, para darnos a entender que es nuestra Madre, y que por su mediación quiere darnos sus gracias y aplicarnos los méritos de su muerte en la cruz". (Avit, 196).

Se acerca la cuaresma, como Maristas es una invitación a contemplar con mayor fervor la pasión del Señor. Una manera de hacerlo podrías ser la contemplación, en Lectio Divina, de los evangelios de la Pasión. Este ejercicio nos puede enseñar esa ciencia oculta que conoció Marcelino y de la que habla el Hno. Furet en el capítulo XXXVI de su biografía:
“Ahora bien, la ciencia de los santos según el mismo autor: no se aprende en los libros, sino en la oración mental, escuela en la que enseña el maestro Jesucristo y en la que el libro de lectura son la cruz y las llagas del divino Salvador»”.


Que la contemplación de la Pasión del Señor nos permita acercarnos a aquel lugar donde nos quería ver Marcelino a todos los Maristas, cercanos a Jesús Crucificado.

* Este texto se presentó inicialmente como conclusión de un trabajo de estudio de CEPAM.  

sábado, 11 de febrero de 2017

Recomendaciones de la semana 6 (5 al 11 de febrero)

Esta sección quiere compartir los mejores artículos que encuentre en internet en la semana. Junto con alguna breve explicación. La mayor parte de los artículos serán sobre el tema de este blog, es decir sobre educación y sobre espiritualidad, pero quizá alguna semana encuentren algo diferente que me haya interesado. 

***********


Educación

REDEFINIENDO EL APRENDIZAJE COLABORATIVO

Jesús Martínez nos recuerda los elementos esenciales del trabajo colaborativo. Me parece importante ya que es una de las maneras de llevar a la práctica algunos principios maristas que tienen que ver con lo social y el espíritu de familia.
https://jesusmartinezmarin.org/2016/12/12/redefiniendo-el-aprendizaje-colaborativo/


Pedagogía, Andragogía, Heutagogía del aprendizaje con uso de TIC´s [En inglés]

Una interesante presentación que nos ayuda a visualizar el concepto de aprendizaje de adultos y los cambios que introduce el uso de tecnología en la educación. Yo no conocía el término Heutagogía, pero me es muy cercano el de Andragogía, aprendizaje de los adultos. (como extra también se puede consultar: http://www.heutagogia.com, para aclarar las definiciones en nuestro idioma).
http://www.slideshare.net/jgerst1111/the-pedagogy-andragogy-heutagogy-of-mobile-learning/


Papa: Humanizar la educación impulsando la cultura del diálogo

El Papa Francisco se dirige a la Asamblea de la Congregación para la Educación Católica y los invita a Humanizar la educación para afrontar algunos de los desafíos actuales como son el "individualismo entrometido, que nos vuelve humanamente pobres y culturalmente estériles".
http://www.news.va/es/news/papa-humanizar-la-educacion-impulsando-la-cultura


Sociedad.

“INHUMANOS E INFRAHUMANOS”. ENTREVISTA CON J. I. GONZÁLEZ FAUS

[Incluye Video] Presentación de un cuaderno que habla sobre la situación económica actual.
González Faus habla de la sociedad de mercado que se nos propone, de la necesidad de humanizar la sociedad, unos porque al entrar en la lógica de mercado pierden su humanidad al asumir valores del mercado y otros que pierden su humanidad al ser explotados. En su entrevista (y en su cuaderno) cuestiona algunos principios del libre mercado como panacea económica y los problemas ecológicos. Al final cuestiona desde el evangelio dichos principios.
http://blog.cristianismeijusticia.net/2017/02/03/inhumanos-e-infrahumanos-entrevista-j-i-gonzalez-faus?lang=es


Espiritualidad

«HACERSE POBRE», CRITERIO, CONDICIÓN Y META DEL DISCERNIMIENTO

Muchas veces se habla de la pobreza como condición de seguir a Jesús, pero con nuestras actitudes parece que más bien la rechazamos. Javier Osuna, SJ, presenta una reflexión sobre la pobreza. Quizá parta de la espiritualidad ignaciana, pero a los maristas hemos recibido el mismo llamado (Sería bueno releer, por cierto, la circular del Hno. Benito sobre uso evangélico de los bienes). Recordando la meditación de dos banderas, que seguro Marcelino conocía, - recordemos que cuando queda solo en el Hermitage hacia 1825, invitará en varias ocasiones a Sacerdotes Jesuitas a dirigir los ejercicios de los hermanos-: la pobreza lleva a el menosprecio y este a la humidad. Podemos estar seguros que la humildad nos hace ser para los demás, como afirma el artículo.
http://www.cpalsj.org/wp-content/uploads/2017/01/1.-Tierra-Fértil-de-Hombres-Fuertes1.pdf


Extra: Desarrollo Personal:

11 Ways the Most Successful People Differ From Everyone Else

Me llama la atención que entre los hábitos de personas definidas como exitosas existan algunos que son parte de la tradición espiritual. De este artículo me llama la atención el 6, 8, 10 y 11; es decir: Hacer ejercicio, tener un momento de quietud diario (oración), leer (recordar la lectura espiritual) y mantener sanas relaciones.
http://www.inc.com/christina-desmarais/11-ways-the-most-successful-people-differ-from-everyone-else.html

Extra: Cuaresma 2017. 

SED nos compate sus reflexiones y oraciones para la cuaresma 2017, se puede consultar el documento en: https://issuu.com/ongdsed/docs/cuaresma_2017_web

Foto: Leer de Antonio Martín Segovia: en Flickr https://c1.staticflickr.com/6/5212/5506628168_63a505f3a9_z.jpg