Los maristas fuimos fundados en 1817 por Marcelino Champagnat, un sacerdote francés. Desde entonces nos dedicamos a la educación cristiana de niños y jóvenes.
Marcelino Champagnat supo ver las dificultades que los jóvenes y niños tenían para acceder a una educación cristiana de calidad. En su tiempo, apenas terminada la Revolución Francesa, la educación pública quedó seriamente lastimada, los pocos profesores que impartían clases eran contrarios a la religión y poco competentes. De igual manera, la labor educativa de la Iglesia se encontraba disminuida, la persecución religiosa y la carencia de religioso crearon una importante necesidad de educadores cristianos.
Marcelino funda un grupo de educadores que poco a poco se irá transformando de una asociación o cofradía parroquial de maestros, que el mismo formaba, a una congregación religiosa. Enviará a su “Hermanos” a los pobres de la parroquia primeramente y luego a los pobres de poblaciones cercanas.
Los “Hermanos” maristas, adoptarán el método de los Hermanos de las Escuelas Cristianas fundados por San Juan Bautista De La Salle. Además, promoverá un espíritu apostólico similar al de dichos hermanos. Dicho de otra manera, Marcelino querrá imitar la labor que los Hermanos Lasallistas realizan en las ciudades, pero adaptada a las necesidades de las parroquias pequeñas y del campo.
El método de los Hermanos de las Escuelas se conocerá como método simultáneo. Políticamente la adopción de este método lo sitúa civilmente contrarío a los liberales (que promueven la enseñanza mutua) y contrarío, eclesialmente, a los que quieren regresar al Antiguo Régimen (que promueven la enseñanza individual)
Los hermanos brindarán una educación cristiana, que incluye tanto la enseñanza del catecismo como las ciencias profanas, logrando una profesionalización y laicización de la escuela, puesto que no eran sacerdotes. (Para entender el concepto de laico: http://www.guillermovillarreal.mx/2017/02/quien-es-un-laico.html)
Uno de los logros de Marcelino fue ofrecer hermanos educadores que puedan educar a los niños y jóvenes del campo, de manera integral, con tanto éxito que los hermanos serán llamados a ejercer su apostolado tanto por párrocos como por alcaldes, todos ellos preocupados por la educación de los jóvenes, por beneficiar a la sociedad.
Fuente: Lanfrey, André. (2015). MARCELINO CHAMPAGNAT Y LOS PRIMEROS HERMANOS MARISTAS 1789-1840: Tradición educativa, espiritualidad misionera y congregación. Carisma y principios educativos maristas, Vol. 1. Curitiba (PR): Editora Universitária Champagnat
* Este texto se presentó inicialmente como trabajo en la materia de "Origenes de la Tradición Pedagogica Marista" tomada en el 2016 en la maestría en Carisma y Misión Marista en la PUCPR-Curitiba
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