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lunes, 13 de marzo de 2017
La devoción marista a San José.
Marcelino Champagant era devoto de San José. Lo podemos ver claramente en dos testimonios. En la carta 238, para agradecer a sus hermanos las felicitaciones por el año nuevo, expresa: “¿Quién podrá, después de María, expresar mejor todo lo que sentimos, que San José, ¡ese gran santo! ¡ese hombre seráfico!”. De igual manera en el Testamento Espiritual expresará: “En presencia de Dios y bajo el amparo de la Santísima Virgen y de san José…” y más tarde recomienda a los hermanos: “A la devoción a María juntad la del glorioso san José, su dignísimo esposo; ya sabéis que es uno de nuestros primeros patronos…” Ante estos testimonios surge la pregunta: ¿Qué veía Marcelino en San José para que lo propusiera como Modelo de Vida de los Maristas?
Considero que mínimamente Marcelino vería 6 rasgos importantes para la vida de los Maristas a contemplar a San José. Estos puntos constituyen algunos de los rasgos presentes en su espiritualidad y que los veía reflejados en la vida de este santo. Estos son: El amor a Jesús, el amor a María, el amor al trabajo, la Humildad y vida oculta, el ser educador cristiano y el cumplimiento de la voluntad de Dios.
San José fue el padre de Jesús. Sabemos que en la Iglesia ha habido discusiones sobre el significado de paternidad en San José, sobre todo para enfatizar la filiación divina de Jesús, no quiero entrar en dichas discusiones. Lo que sí sabemos es que San José después de un momento de duda que nos narra el evangelio, acepta ser padre legal de Jesús y darle su nombre (en la actualidad diríamos apellido). Es por José que Jesús pasa a pertenecer al pueblo judío y a la familia de David. Marcelino seguramente veía en este hecho el amor que tenía a Jesús, un amor que experimenta él mismo y que quiere transmitir a sus discípulos. San José es símbolo del amor a Jesús.
San José, además, fue esposo de María. Nuevamente no veo pertinente entrar en la discusión sobre el matrimonio entre José y María y su vida íntima. La iglesia ha enseñado la virginidad de María, para enfatizar la divinidad de Jesús. Pero el mismo evangelio llama a María esposa de José. Marcelino seguramente al contemplar a San José vería a la persona que ama profundamente a María. Que es capaz de aceptar incluso lo inaceptable y a perder su nombre por el amor que le profesa. Y Marcelino también amaba profundamente a María, tanto que nos quiso dar su nombre a los Maristas. San José, también será el símbolo de la persona que ama profundamente a María.
Otro de los rasgos que seguro Marcelino vería en José es el amor al trabajo. Seguro que Marcelino se identificaría con el carpintero de Nazaret, aquel artesano experto de la construcción. Me imagino a Marcelino pensando que José seguramente armaba andamios, preparaba mezcla y trabajaba como él lo hacía en ese momento en el Hermitage. Marcelino seguramente aprendió junto a José los hábitos de orden y limpieza, de trabajo bien hecho, completo y a tiempo. San José será el símbolo del amor al trabajo.
Creo que igual, Marcelino veía en San José el modelo de humildad y vida oculta que quería para los Maristas. San José es una figura importante en el Evangelio, va a salvar a Jesús de la persecución, va a educarlo, como veremos más adelante, pero no dice una sola palabra en el texto evangélico. Seguro que Marcelino lo veía como modelo de Humildad para sus Marista y de una persona que pasó su vida haciendo el bien sin ruido. San José seguramente para Marcelino era modelo de Humildad.
Además, San José, es modelo de Educador Cristiano. San José educó a Jesús, quizá algunas de las palabras de Jesús fueran palabras que aprendió de José. Seguro que le enseño quién era el Dios al que alababan y que más tarde describirá como su “abba”. Seguro que le enseñó a trabajar, a comportarse en la sinagoga y todo lo relacionado con su vida. Marcelino es modelo de educador cristiano.
Finalmente, San José es modelo de la persona que escucha la voluntad de Dios y la cumple. Dios sale al encuentro de José, le cambia sus planes, lo mete en proceso de discernimiento y búsqueda, lo manda de migrante a Egipto… y en todo ello, San José aparece como hombre justo, como buscador y cumplidor de la voluntad de Dios. Marcelino seguramente ve en San José al hombre capaz de descubrir la voluntad de Dios en su vida y seguirla.
Estos seis rasgos de San José, también los vivió Marcelino y seguramente quería que todos los Maristas los viviéramos, es por eso que propone a San José como patrono del Instituto Marista.
* Este texto se presentó inicialmente como conclusión de un trabajo de estudio sobre la carta 238 de CEPAM.
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Pues sólo agradecerte Memo, por tan valiosas aportaciones, para nuestro caminar Marista. Para nosotros de alguna manera transmitirlo a nuestros compañeros maestros y a nuestros alumnos. Que Jesús, María, San José y Champagnat guíen tu caminar.
ResponderEliminarSaludos Lore. Me da gusto aportar algo a tu caminar y de todos los maristas, laicos y hermanoas. Dios bendiga tu misión y saludos a tus alumnas y alumnos.
EliminarHermano Memo, muchisimas gracias, justo estaba buscando algo sobre San José y San Marcelino, hace 15 días en la Reunión de FM hubo preguntas relacionadas con esto!!! Gracias de nuevo! Saludos
ResponderEliminarSaludos Lola. Me da gusto, lo publico hoy por que en una semana es la fiesta de San José. Igual hay un artículo de los de adviento donde toqué el tema de san José. http://www.guillermovillarreal.mx/2016/12/el-primer-lugar-en-belen-parte-3.html
EliminarSaludos a toda tu fraternidad.